MI PRIMERA VEZ

Por Eduardo Rivas – Quince días atrás contaba la historia de Liliana Álvarez (https://principedelmanicomio.wordpress.com/2020/10/15/el-evento-sisa-2352810/), quien fuera enfermera y falleciera en medio de la pandemia al que días después se sumó otro caso más (https://principedelmanicomio.wordpress.com/2020/10/27/el-caso-del-evento-sisa-2256047/). Conversando sobre el tema con un amigo me dice ‘vos deberías presentar tu nota en la Justicia para que investigue si hubo un delito en lo que mencionás’, y su comentario me dejó pensando porque yo, al igual que el recuerdo que Rodolfo Terragno hiciera de Felipe González, creo que ‘no se modifica la realidad desde la orilla. Si quieres modificarla has de mojarte. Mojarse significa renunciar a la comodidad intelectual de ser un mero observador para convertirte en un hacedor’, y en esta instancia ser un hacedor era presentar la información con la que uno contaba a la Justicia para que esta investigue.

La realidad es que lo que yo creía un trámite engorroso fue tan sencillo como escribir un correo electrónico con mi nota y pedirle al Ministerio Público Fiscal que investigue, con herramientas que yo no poseo, si los hechos reseñados en el artículo constituyen o no un delito.

Normalmente, y en ello contribuye mucho la opinión que sobre el Poder Judicial emiten muchos formadores de opinión, se cree que los plazos son sumamente extensos y las cuestiones solo para especialistas, pero no siempre es así, al menos no en mi caso.

Una semana después del envío del correo, y tras ver el estado de la causa a través de la página web, cuando consulté por como seguía mi presentación me llegó la citación para prestar declaración para que les comentara qué sabía sobre lo escrito en el artículo. Con más tiempo era más sencillo poder explicar cómo me había enterado de la información, y qué más sabía sobre lo que había escrito. Si bien la citación era presencial, dada la circunstancia pandémica, desde la UFI 7, que fue donde realicé la presentación, me indicaron que el acto se realizaría de manera telemática.

Así quedó previsto para el pasado miércoles 28, pero el Ministerio Público Fiscal tenía vencida la licencia para utilizar el sistema de videollamadas, por lo que se reprogramó para ayer. Es encomiable la buena predisposición del funcionario interviniente, quien me tomó declaración desde su casa y con sus propios medios, realidad que me consta realizan muchos funcionarios judiciales, demostrando que la realidad no siempre es como la cuentan. No toda la Justicia es igual, y en su seno hay mucha gente que pretende que las cosas se hagan de otra manera, que las cosas se hagan bien.

Lo que viene ahora es la investigación judicial, porque como consta en la declaración, mi interés ‘radica en dos puntos: el primero en relación a si la Sra. Álvarez fue obligada por sus empleadores a reincorporarse a sus funciones pese a ser paciente de riesgo; y en segundo lugar, si en caso de haber sujetos contagiados entre las personas fallecidas y no haber sido informada oportunamente situación, los protocolos correspondientes se cumplieron o no, poniendo en riesgo a todo aquel que tenga contacto con los cuerpos de los fallecidos. Consultado si desea agregar algún dato más, refiere que su interés es se investigue si hay responsables de la Clínica en hacer que Liliana Álvarez vuelva a trabajar y en permitir que lo haga siendo paciente de riesgo y que se investigue si los funcionarios municipales no cumplieron con los protocolos vigentes al momento de la muerte de Liliana en lo que respecta a su velatorio’ (sic).

Como hemos dicho en varias oportunidades, no es cuestión de arrojar mantos de sospechas sobre personas inocentes, pero tampoco mirar para el costado cuando hay responsabilidades ineludibles. Los ciudadanos tenemos que ejercer nuestros derechos y solicitarle a quienes son responsables de hacerlo, que investiguen los hechos.

Si la justicia determina que no hubo delito alguno, nuestra discrepancia será política, si en cambio lo hubo, la diferencia será el respeto o la violación de la ley. Eso lo dilucidarán dos Unidades Fiscales, la número 7 que es donde me presenté en lo relativo a la Clínica del Carmen y la número 1, de Delitos Complejos, en lo relativo a los funcionarios públicos. Queda en manos de los fiscales Alberto Gutierres y Mabel Amoretti que sea justicia, no tengo dudas que así será.

Así fue mi primera vez ante la Justicia, declarando ante Nicolás Díaz y responsabilizándome como ciudadano en la construcción de un futuro mejor, como el que comenzó a construirse hace hoy 37 años cuando después de más de siete años de dictadura militar los argentinos volvíamos a elegir Presidente de la República y depositábamos en Raúl Alfonsín la responsabilidad de conducir al conjunto de la sociedad, ‘los radicales ya estamos en la marcha, y al frente de nuestra columna. Allá van: Alem, Yrigoyen, Pueyrredón, Sabattini y Lebensohn , Larralde, Balbín, Illia. Los que estén a nuestra derecha pueden inspirarse si lo desean en Sáenz Peña o en Pellegrini, los demócratas progresistas en Luciano Molina o Lisandro de la Torre, los socialistas en Juan B. Justo o Alfredo Palacios, los peronistas en Perón o en Evita, pero juntos los argentinos […] Y si alguien distraído al costado de camino cuando nos ve marchar, nos pregunta, como juntos, porque lucha, tenemos que contestarle con las palabras del preámbulo… que marchamos, que luchamos… ´para constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer la defensa común, promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad, y para todos los hombres del mundo que deseen habitar el suelo argentino´, y no es cuestión solo de los gobernantes, nosotros como ciudadanos tenemos que cumplir con nuestro deber, y ‘el deber no se cumple sino haciendo algo más de lo que el deber manda’ (Don Leandro dixit).