El ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Luis Basterra, afirmó que “hay un nuevo escenario para la producción ganadera” tras la reapertura parcial de la exportación de carne bovina luego de un mes de suspensión de las exportaciones. El funcionario agregó que “el Presidente nos convocó a trabajar para que la mesa de los argentinos tenga calidad y cantidad de carne, que en los últimos tiempos se ha visto afectada por un importante incremento de los precios, que ha duplicado el índice de inflación del resto de los alimentos”.

El ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca aseguró que “el Presidente nos convocó a trabajar para que la mesa de los argentinos tenga calidad y cantidad de carne”.

Tras la publicación en el boletín oficial del decreto 408/2021, que reabre parcialmente la exportación de carne vacuna, el ministro participó junto a su par de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y representantes de la cadena productiva de la primera reunión para discutir los lineamientos de un Plan Ganadero que impulse la actividad. Así, Basterra aseguró en diálogo con DIB que “el sentido de la reunión para nosotros fue “mostrar cómo alineamos las políticas que venimos llevando adelante en la promoción de la producción ganadera ante este nuevo escenario”.

¿A qué cifras concretas de producción se quiere llegar con este plan?

-El objetivo es incrementar sustancialmente la producción dado que existen evidencias que nos permiten imaginar un número bastante más importante que el volumen producido en la actualidad. De los alrededor de 3 millones de toneladas anuales que se producen hoy en la Argentina el objetivo es ir arrimando lo más posible a los 5 millones. El plazo lo va a ir definiendo la capacidad de instrumentación que se tenga como sistema.

¿Ya se comenzaron a discutir las herramientas con las que contará el plan ganadero? Se habló de financiamiento y beneficios fiscales.

-Lo que se acordó hasta ahora fue la metodología de trabajo. La idea es que se sienten las bases de un plan consensuado entre Nación, provincias, productores, y actores de la industria.

Con respecto a cuestiones fiscales, se propone un cambio en la normativa sobre la imputación como base imponible de determinadas categorías que están en proceso en lugar de ser consideradas como productos ya terminados.

Adicionalmente a esto, el Ministerio de Desarrollo Productivo y nosotros desde Agricultura hemos planteado la existencia de líneas de financiamiento tanto para capital operativo como para bienes de capital.

¿A qué se debe el estancamiento del sector ganadero del que habla el Gobierno?

-Lo cierto es que hace más de 30 años que los indicadores de productividad de la ganadería en el país están estancados. Hay múltiples factores por los cuales esto ha ocurrido. Creemos que debe haber un debate, federal y participativo, para que un número cada vez mayor de productores se apropie de las tecnologías disponibles, tanto desde el punto de vista del conocimiento y de su aplicación como de los instrumentos financieros que posibiliten que estas prácticas se lleven adelante.

En esta articulación sistémica del funcionamiento de la producción agropecuaria entendemos que está la clave del incremento del volumen de producción que va a permitir que Argentina tenga una industria de la producción de carnes vigorosa y con un horizonte de expansión.

¿Qué resultado dejó la medida de suspensión total de exportaciones que culminó hace pocos días?

-Hubo una interpretación errónea de lo que fue la medida de suspensión. Esta disposición tuvo el objetivo de frenar la dinámica que estaba teniendo el comercio y el funcionamiento de la cadena para justamente salir con una opción de política que se adapte al escenario que estábamos atravesando. Mientras no hubo intervención hubo un creciente aumento de precios en las carnes bovinas. El objetivo de la medida fue definir lo que acabamos de presentar y los resultados no van a ser inmediatos en cuanto a los aspectos estructurales y estratégicos, sino que se van a ver a lo largo del tiempo.

En el mientras tanto, el decreto lo que hace es marcar los límites de la exportación para que haya disponibilidad de carne y particularmente de los cortes que son los que componen la dieta principal de carnes rojas en las familias argentinas.

(DIB) MM