La búsqueda del cuerpo de un bebé que desapareció del cementerio de Comandante Nicanor Otamendi, en el partido bonaerense de General Alvarado (Miramar), continuaba hoy con la participación de 60 efectivos policiales, un perro rastreador de huesos humanos y la utilización de un drone. Repudio total a una profanación inhumana.
Los restos de Ciro, un bebé de 1 año y 3 meses que murió a principios de diciembre, permanecían en el cementerio de Nicanor Otamendi. Sin embargo, el pasado domingo sus padres fueron a llevarle flores y se encontraron con que el cajón había sido violentado y el cadáver no estaba en el interior.
La búsqueda se inició el mismo domingo y continuó ayer en las inmediaciones de la necrópolis, donde se buscaban posibles huellas. En tanto hoy, según informó el diario marplatense La Capital, la búsqueda se intensificó en las afueras de la ciudad y en los médanos cercanos a los arroyos entre Miramar y Mar del Sud.
De la misma participaban efectivos policiales, personal de caballería y un perro rastreador de huesos. Asimismo, se utilizaba un drone para tener una mejor perspectiva de la zona y un gomón con buzos tácticos de bomberos que rastreaban lagunas y arroyos.
Este hecho se asemeja con lo sucedido en marzo de este año, cuando el cadáver de un nene de 2 años apareció mutilado en inmediaciones de un arroyo sobre la ruta 11, entre Miramar y Mar del Sud.
Días después se comprobó que el cuerpo había sido robado del mismo cementerio de Otamendi, aunque en ese caso el cajón no estaba en depósito sino que fue desenterrado y ultrajado previamente.
Por ese hecho fue detenido el encargado del cementerio, Juan Carlos López, quien en un momento había sido imputado por encubrimiento y falso testimonio, aunque para la fiscal de ese caso, Ana María Caro era sospechoso de haber colaborado o facilitado, por acción u omisión, que profanaran la tumba de Matías, el niño que había muerto el 10 de marzo tras asfixiarse con una bombucha. (DIB)