MOSTRAR Y NO OCULTAR

claudio valerio_2017Por Claudio Valerio – Es muy conocida la historia de que un rey resolvió visitar la prisión para saber los motivos que llevaron a cada uno a la cárcel. Siempre hacía la misma pregunta: “¿Por qué está preso?” Y la respuesta era siempre la misma: “Por una injusticia, majestad. Soy inocente”. Al llegar a una determinada celda, vio a un hombre con la cabeza baja. Era un cristiano. Más una vez el rey preguntó: “¿por qué está preso?”

Y el cristiano, sin mirar para el rey, contestó: “Estoy aquí porque erré y merecí estar preso”. El rey inmediatamente llamó a los guardas y ordenó: “Liberten a este hombre. Es indigno que esté preso en medio a personas tan buenas”. ¿Hemos reconocido nuestras faltas? ¿Hemos pedido perdón por nuestros pecados? ¿Hemos buscado a Dios para que nuestras vidas sean transformadas y volvamos a alegrar el corazón del Señor? ¿De qué adelanta esconder el pecado que habita en nuestros corazones? ¿De qué adelanta fingir que somos buenos y que no necesitamos de arrepentimiento? ¿De qué adelanta dejar a Dios si dependemos de Él para todas nuestras conquistas?

La Palabra de Dios nos afirma que nunca prosperaremos si no nos aproximemos al Señor y contemos con Su ayuda en la busca de nuestros sueños. .. Para que Dios nos bendiga, necesitamos no solamente confesar que erramos, como abandonar la práctica del pecado. Con Jesus a nuestro lado, tendremos todo, pero, sin Él, no tendremos nada.