Titula el periódico EL TIEMPO de Pergamino “Morir por una bicicleta, la sangrienta postal de una ciudad de Pergamino marginal” y amplía en la bajada ” La marginalidad de la delincuencia pergaminense ha mostrado su lado más fatal con el asesinato del ciclista Fernando Liguori”.
A Fernando Liguori lo mató la bala disparada por un delincuente que no tiene nombre ni apellido ni edad porque hay total incertidumbre policial y judicial sobre la identidad de los dos autores del letal intento de robo de una bicicleta. La comunidad se ha conmocionado por la presencia de una delincuencia sangrienta, violenta capaz de matar por nada que está a la vuelta de la esquina, en cualquier camino y lo puede encontrar a cualquier vecino de buen vivir en el momento menos pensado.
Fernando Liguori murió acribillado porque junto a la esposa intentaron evitar una situación delictiva al sorprenderlos dos desconocidos cuando realizaban actividad recreativa en caminos rurales montados a sus bicicletas. Lo hacían con frecuencia, como tantos hombres y mujeres que se distraen de las actividades cotidianas recorriendo las zonas rurales a la vez que realizan actividades físicas y aeróbicas.
Pergamino tiene un mundo marginal que cuenta con armas de fuego y sale a matar a las personas de bien que no acceden a las exigencias arbitrarias de intentar apoderarse de aquello que no les pertenece.
Seres marginales que salen a cazar y abren fuego cuando ven que su presa intenta evadirlos. Son sujetos que disparan cinco o seis veces sin importar que en esos proyectiles se va una vida que ama su trabajo, que adora la compañía de su esposa y que se esfuerza para brindarle los mejores valores a los hijos.
Fernando Liguori es el ícono del ciudadano apegado a la comunidad con toda una vida relacionada con las actividades del Club Argentino y las familias de bien de las instituciones sociales.
El asesinato del ciclista golpea a la comunidad de Pergamino en general porque nadie es dueño de realizar actividades recreativas al aire libre porque puede aparecer un marginal a quedarse con la vida de las personas.
