Por Daniel A. Vogel |DIRECTOR – Después de aquella locura de la junta militar que encarnaba el borracho Galtieri, donde fuimos humillados ante el mundo por la locura de la guerra, donde entregamos sangre patriótica y con honor hombres de 18 años de nuestra patria, hermanos argentinos, todos los que vivimos esos días con intensidad, y también quienes nos han sucedido, sentimos que se nos acelera el corazón ante la mínima noticia de que por la vía de la diplomacia, se acerca algo el diálogo con los usurpadores, los que nos robaron y encima, nos metieron balas…
Y soñamos con ese momento donde tengamos tanta diplomacia de este lado y una pizca de racionabilidad de aquel lado, para que se reconozcan los legítimos derechos que nos asisten de que las Islas Malvinas, sean definitivamente argentinas.
Este deseo se cae una y otra vez, hace tres décadas. Y nuestros lectores, sabios, por cierto, expresan en más del 41%, que NUNCA RECONOCERÁN LOS PIRATAS que las Islas son Nuestras, por la vía del diálogo.
Real y, preocupante respuesta.
AL QUE LE QUEPA EL SAYO...
