El 15 de septiembre se conmemorará un nuevo Día Mundial de Concientización sobre el Linfoma, con un llamado a retomar los diagnósticos y tratamientos a los niveles pre pandémicos. 

(www.filo.news)

El próximo miércoles 15 de septiembre se conmemora, como cada año, el Día Mundial de Concientización sobre el Linfoma. Esta iniciativa de la Lymphoma Coalition (una alianza mundial de asociaciones de pacientes con linfomas) tiene por objetivo incrementar el conocimiento por parte de la población sobre esta enfermedad que afecta mundialmente a 1 de cada 5.000 personas, para poder reconocer sus síntomas a tiempo, permitiendo un diagnóstico precoz de la misma. Esto es fundamental, ya que cada año se diagnostican 730.000 nuevos casos.

Bajo el lema No podemos esperar la campaña de este año busca poner fin a las consecuencias no deseadas que la pandemia ha tenido en la comunidad de pacientes con linfoma. En todo el mundo, muchas personas han tenido miedo en concurrir a los controles y se han enfrentado a un acceso reducido a la atención, a los tratamientos y el apoyo. Además, debido a la falta de acceso a profesionales médicos y la vacilación en buscar atención médica cuando se presentan síntomas, ha habido menos diagnósticos y se espera un desarrollo agravado de su cuadro.

Las actividades del Día Mundial en nuestro país están organizadas por la Asociación Civil Linfomas, Mielodisplasias y Mielofibrosis de Argentina (ACLA), asociación de pacientes que representa a Argentina en la Lymphoma Coalition y que fue reconocida por la misma en 2019 en la 1° Edición del Premio Karen Van Rassel Leadership Award  (en honor a su retirada CEO y Miembro Fundadora) como la ONG que realiza el mejor trabajo en defensa de los pacientes, entre sus más de 60 miembros a nivel internacional.

“El 15 de septiembre es el día más importante dentro de nuestra campaña permanente de difusión de este tipo de cáncer, que requiere su detección precoz para tener un mejor pronóstico. Este año queremos resaltar la importancia de restituir los diagnósticos y tratamientos a los niveles pre pandémicos. Desde la aparición del COVID, se tomaron decisiones para apoyar los sistemas de salud que afectaron a los pacientes, pero ha llegado el momento de reanudar las prácticas de tratamiento estándar de forma segura.” señaló Haydee González, Presidente de ACLA.

Conocer los síntomas es sumamente importante. Según un estudio realizado por la Lymphoma Coalition en los 69 países en los que tiene representación:

  • El 75% de los diagnosticados no conocía los síntomas.
  • Los pacientes con diagnostico precoz tienen 70% de probabilidad de supervivencia a 5 años. Esa probabilidad decae al 58% de los pacientes con diagnostico en estadio avanzado.
  • El 58% de los pacientes tardaron 6 meses en concurrir al médico después del 1° síntoma.
  • El 73% desconocía la enfermedad.
  • El 62% fue diagnosticado erróneamente.
  • Sólo el 20% había sospechado la enfermedad antes del diagnóstico (el promedio global es del 27%).
  • Cada 90 segundos se diagnostica a una persona con LNH en el mundo, y produce 200 mil muertes al año.

Acerca del Linfoma

Un linfoma es un tumor en el sistema linfático. Éste es una amplia red (parte del sistema inmunológico) de vasos o tubos finos que conectan ciertos órganos llamados ganglios linfáticos, los cuales se distribuyen en grupos por todo el cuerpo: axilas, ingles, cuello, tórax y abdomen. Este tumor es decir, un crecimiento anormal de células, afecta la producción de linfocitos: un tipo de glóbulos blancos de la sangre de gran importancia en el control de las infecciones y agresiones externas. Entre 20 a 25 casos nuevos cada 100.000 habitantes aparecen por año a nivel mundial; los cuales, conociendo sus signos y síntomas, podrían lograr un diagnóstico temprano, tratamiento adecuado, y así mejorar su pronóstico. Se sabe que las personas con un déficit en la inmunidad, tanto congénito como adquirido (por HIV, en pacientes receptores de un trasplante de órganos, etc.), presentan un mayor riesgo de ser diagnosticados de linfoma. Esto se ha relacionado con un fallo en los sistemas de defensa del propio organismo.

Los síntomas más comunes son:

  • Crecimiento, generalmente indoloro, de uno o varios ganglios linfáticos.
  • Cansancio.
  • Aumento de la temperatura (en general durante la noche) hasta no más de 38 grados.
  • Pérdida de peso.
  • Sudores nocturnos.
  • Picazón persistente en todo el cuerpo.
  • Tos y falta de aire.

Quienes presentan uno o más de estos síntomas no deben dejar de consultar al médico; un diagnóstico precoz es lo que les puede salvar la vida.