Greenpeace publicó hoy un nuevo reporte “30×30: Del Tratado Global de los Océanos a la protección en altamar” que reúne un análisis de las amenazas que enfrentan los océanos. El informe también establece una hoja de ruta política para proteger el 30% de los océanos del mundo de aquí a 2030 -el objetivo 30×30 de las Naciones Unidas- mediante el nuevo Tratado sobre los Océanos, que se abre a la firma en la Asamblea General de la ONU el 20 de septiembre.
Una de las áreas propuestas en el reporte para ser protegida es el Agujero Azul, zona de altamar en el Atlántico Sur al límite de la zona económica exclusiva argentina, que se encuentra gravemente afectada por la pesca intensiva.
“Un santuario marino en el Agujero Azul podría proteger la columna de agua de la pesca, sobre todo de los poteros, que se dedican a la captura de calamar. En paralelo, en el plano local, hay un proyecto de ley próximo a tratarse en el Senado de la Nación para la creación de un Área Marina Protegida Bentónica Agujero Azul”, explicaron desde Greenpeace. “De aprobarse, dicha ley brindaría mecanismos de protección para el fondo marino más allá de las 200 millas náuticas, por la extensión de la plataforma continental que le fue concedida a Argentina en 2016, y pondría un freno a la pesca de arrastre en la zona. De esta manera, se aseguraría la protección de este ecosistema fundamental, que ha sido devastado por décadas de sobrepesca y por la falta de gobernanza en altamar”.
El informe detalla las amenazas acumulativas a las que se enfrentan los océanos e incluye un nuevo análisis global de la actividad pesquera en alta mar. Entre 2018 y 2022, la actividad pesquera aparente en alta mar aumentó un 8,5% a casi 8,5 millones de horas, y en las áreas identificadas para la protección bajo el 30×30, la cifra aumentó un 22,5% [3]. Estas tendencias muestran que la realidad en el mar va en dirección opuesta a la ambición establecida en el Tratado.
Además de la pesca, el informe también detalla cómo el calentamiento de los océanos, la acidificación, la contaminación y la amenaza emergente de la minería de aguas profundas están ejerciendo una presión cada vez mayor sobre los ecosistemas oceánicos.
De acuerdo a la organización el Tratado de los Océanos fue una victoria histórica para la naturaleza. “Sin embargo, como muestra el informe, las amenazas a la vida marina empeoran cada día. El Tratado nos proporciona una poderosa herramienta para proteger los océanos, pero ahora los gobiernos deben ratificarlo urgentemente y crear santuarios oceánicos para dar a los océanos espacio para recuperarse y prosperar”.
En la actualidad, menos del 1% de la alta mar está debidamente protegida y para alcanzar los 30×30 deben protegerse cada año unos 11 millones de km2 de océano.
El reporte detalla, a su vez, los pasos políticos y las acciones necesarias para establecer estos santuarios marinos mediante el uso del tratado y recomienda tres lugares concretos de alta mar para formar parte del primer conjunto de santuarios oceánicos, debido a su importancia ecológica: los montes submarinos Emperador, en el noroeste del océano Pacífico, el mar de los Sargazos, en el océano Atlántico, y el sur del mar de Tasmania/Lord Howe Rise, entre Australia y Nueva Zelanda.
Un cortometraje por los Océanos: