Equipos de investigación del Centro de Química Inorgánica del CONICET y la UNLP trabajan en el diseño y desarrollo de novedosos compuestos como estrategia terapéutica para el potencial tratamiento de pacientes con un subtipo de este cáncer que es el más agresivo y afecta al 20 por ciento de la población diagnosticada. En Argentina, uno de cada tres tumores detectados es cáncer de mama.

Que haya un mes que se tiña de un color para visibilizar una enfermedad que rankea en el puesto número uno de incidencia de cánceres a nivel mundial y local tiene lógica. Ese color es el rosa y simboliza la concientización respecto del cáncer de mama. Solo en el 2020, más de 22 mil mujeres recibieron ese diagnóstico, según datos del Instituto Nacional del Cáncer, lo que significó un penoso récord.

Afortunadamente, lo que también crece es el trabajo de científicos argentinos que aportan conocimiento para su diagnóstico y tratamiento.  El Centro de Química Inorgánica (CEQUINOR, CONICET-UNLP-CICPBA) es uno de los lugares que protagoniza en nuestro país los avances en esta materia.

Allí, un equipo liderado por el investigador del CONICET, Ignacio León, se destaca en el diseño, desarrollo, síntesis y caracterización de nuevos fármacos potencialmente terapéuticos para el cáncer de mama subtipo triple negativo, el más agresivo y metastásico, que representa entre el 15 y el 20 por ciento de todos los casos.

“Lo que estudiamos son metalodrogas, es decir, drogas derivadas de metales. Lo que hacemos es buscar nuevas alternativas terapeúticas, ya que las que se utilizan actualmente (antraciclinas, taxanos, derivados de platino)  tienen asociado una toxicidad alta y efectos adversos en los pacientes”, explicó León a Agencia CTyS-UNLaM.

Un aspecto que destaca el Dr. León es el uso de herramientas de nanotecnología para funcionalizar esas metalodrogas y así incrementar su efectividad. Foto: CONICET.

Entre las metalodrogas halladas recientemente se encuentra una a base de cobre que, según el investigador, es de bajo costo y con muchos menos posibles efectos adversos. La idea, agregó, es aportar alternativas al tratamiento de esos tumores que, actualmente, no cuentan con una terapia efectiva.

Un aspecto que destaca el Dr. León es el uso de herramientas de nanotecnología para funcionalizar esas metalodrogas y así incrementar su efectividad a través de una mejor dirección hacia la célula tumoral. “Es parte del objetivo que buscamos: evitar o disminuir los posibles potenciales efectos secundarios”, puntualizó.

Todas las miradas en la ciencia local

El trabajo de estos equipos de investigación escapa a las fechas. Si bien cada 19 de octubre se conmemora el Día de Lucha contra el Cáncer de Mama, se podría decir, a riesgo de ser un cliché, que para este grupo es todos los días. Y lo que no escapa a su labor y logros es la mirada internacional.

Recientemente, la Royal Society of Chemistry (RSC), una prestigiosa sociedad científica del Reino Unido, destacó dos publicaciones científicas lideradas y con participación de especialistas del CEQUINOR entre las más relevantes de América Latina en los últimos tres años. Las investigaciones fueron realizadas por León junto a los equipos de las expertas Ana González Baró y Verónica Ferraresi Curotto y otro con el del profesor Luis Lemus, de la Universidad de Santiago de Chile.

“El primero surge netamente del CEQUINOR y trata sobre diseño de un compuesto nuevo basado en hidrazonas y el estudio completo de lo que es su actividad en cáncer de mama, donde demostramos la eficacia de ese compuesto en modelos celulares. Y el otro trabajo es un convenio con la Universidad de Santiago de Chile con dos compuestos desarrollados por ellos, donde estudiamos cuál es el mecanismo por el cual uno de ellos daña la célula tumoral y genera la muerte de la misma”, precisó.


Ignacio León fue, recientemente, seleccionado-premiado por la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales como el premio estimulo en la sección “Ciencias Químicas”


Si bien estos estudios continúan avanzando ya con ensayos en animales, León destaca que hay varias investigaciones que se encuentran pausadas por los problemas de acceso al financiamiento producto de la paralización de las políticas científico-tecnológicas por parte del actual gobierno.

“Este reconocimiento es interesante porque nos motiva a seguir trabajando en el área, a seguir planteando nuevas propuestas y demostrar que la ciencia y la educación pública son muy importantes para el desarrollo soberano de un país. Las investigaciones que se están realizando tienen mucho para dar y un gran potencial a futuro. No deberían dejar de financiarse porque cuesta mucho construir y muy poco destruir”, reflexionó.

Marianela Ríos (Agencia CTyS-UNLaM)