Algo que sin dudas hace sentir bien y ayuda a nuestra salud: pedalear entre los parques

Los parques nacionales son un lugar por excelencia para tomar contacto con la flora y fauna autóctona. Muchos viajeros optan por la caminata, aunque dependiendo la época del año, la bicicleta suele ser un compañero ideal.

Los paseos en dos ruedas permiten tomar contacto con las mejores vistas de los bosques patagónicos, con los espectaculares paredones rojizos de la precordillera de la zona de La Rioja y los palmares de Entre Ríos, entre otros atractivos.

LOS ARRAYANES

El Parque Nacional Los Arrayanes comprende la Península de Quetrihué que se interna en el Lago Nahuel Huapi, en el sur de la provincia de Neuquén. Posee una superficie de 1.796 hectáreas pertenecientes a la ecorregión de Bosques Patagónicos.

El parque cuenta con un circuito de 12 kilómetros que une Villa La Angostura con el Bosque de Arrayanes, a lo largo de la península, para que los turistas recorran en bicicleta y observen la belleza de la Patagonia y las mejores vistas del lago Nahuel Huapi.

Si se recorre en silencio el sendero, se escucha el canto del chucao o el huet huet, aves que se refugian en el bosque sombrío y húmedo, como cabecitas negras, comesebo patagónico, colibríes, rayaditos, diucas, pitíos y pájaros carpinteros. También es posible observar sobre el agua algún cormorán imperial, biguá, cauquén común, pato barcino y hasta la familiar gaviota cocinera.

TALAMPAYA

Declarado Patrimonio Mundial por la Unesco, el parque destina un circuito de 13 kilómetros para realizar en bicicleta. Este trayecto, que permite llegar a dos puntos panorámicos emblemáticos como el Jardín Botánico y la geoforma La Catedral, requiere cierto esfuerzo a raíz del suelo arenoso del Cañón de Talampaya.


 

La visita a este parque permite acceder a unos petroglifos tallados en piedra por antiguas culturas indígenas que dibujaron figuras de animales y seres humanos. También hay morteros cavados en la piedra que se estima que pertenecieron a las culturas Ciénaga y Diaguita, que poblaron la zona entre los siglos III al X. Luego se puede apreciar un algarrobo de 200 años y enormes rocas con geoformas extrañísimas.


EL PALMAR

A 46 km al norte de Colón, la mayor concentración de palmeras yatay del país y un conjunto de selvas cerradas se alargan al borde de los ríos y arroyos afluentes del río Uruguay. En las 8.500 hectáreas del Parque Nacional El Palmar, las siluetas estilizadas de los troncos y sus crestas, fusionadas con los destellos del sol del atardecer, plasman una muy buena secuencia de imágenes.

Caminando, a caballo o en bicicleta, el sendero principal de 12 kilómetros y sus huellas secundarias se pueden recorrer entre zorros de monte, vizcachas y ñandúes, todo bajo la mirada de las miles de aves de la zona. Además, quienes realicen este trayecto podrán apreciar la gran cantidad de palmeras de yatay que caracterizan al parque, visitar el arroyo de los Loros, donde se bañan carpinchos y lobitos de río, y acceder a un mirador que permite apreciar el contraste entre el paisaje natural y los campos aledaños.

LIHUÉ CALEL

El Parque Nacional Lihué Calel está ubicado al sur oeste de General Acha, en la región centro sur de la provincia de La Pampa. Posee una superficie de 32 mil hectáreas que pertenecen a la ecorregión Monte de Llanuras y Mesetas, con parches de Espinal.


 

Este parque, que sirve de puerta de entrada a la Patagonia, también cuenta con bicisendas para los turistas. Los recorridos, que serán de 24 kilómetros de ida y otros 24 kilómetros de vuelta y de alrededor de tres horas de duración, pasarán por la ecorregión Monte de llanuras y mesetas con parches de Espinal.


NAHUEL HUAPI

Nahuel Huapi es el primer Parque Nacional del país y su origen se remonta al año 1903. Este refugio de naturaleza y cultura, resguarda una muestra representativa de los ecosistemas andino-norpatagónicos: bosques, estepa y alta montaña, así como también las cuencas hídricas y el patrimonio cultural.

Ubicado en zonas de Río Negro y Neuquén, ofrece bicisendas de distintas dificultades que estarán rodeadas de los encantos de los bosques patagónicos y los atractivos del río Manso.

En el área habitan 24 especies de vertebrados de valor especial, entre ellas el huillín, que es la especie emblema y vive en los ríos, lagos y lagunas de bosque siendo esencial para su hábitat la conservación en estado natural de las costas que incluyen la vegetación costera, rocas y troncos.

Fuente: DIB