Esta inspección extraordinaria realizada en dicho remolcador fue para garantizar la seguridad de la navegación y la prevención de la contaminación fluvial.
Este se encuentra amarrado a la altura del kilómetro 186 del río Pasaje Talavera, en cercanías de nuestra ciudad.
Como resultado se detectaron, entre otras deficiencias, la excesiva cantidad de agua oleosa en la sentina de la sala de Máquinas, corriendo riesgo de producirse un incendio.
Asimismo, tampoco funcionaba la bomba de refrigeración del motor propulsor, por lo que se decidió que el buque no zarpara, ya que efectivamente no cumplía con las condiciones necesarias de seguridad para navegar u operar.