Establecer límites claros y monitorear contenidos puede ayudar a minimizar los efectos negativos del uso de dispositivos electrónicos en los menores.

Los niños pasan en promedio siete horas diarias con dispositivos electrónicos (Imagen ilustrativa Infobae)

¿Deberían los padres limitar el tiempo que sus hijos pasan frente a la pantalla? Esta es una pregunta que muchos se hacen en esta era digital. Los expertos coinciden en que la respuesta es un rotundo “sí”. Mientras que ciertos tipos de tecnología pueden mejorar la forma en que los niños aprenden y socializan, el uso excesivo puede impactar negativamente en sus cuerpos, mentes y relaciones personales.

Limitar el tiempo frente a las pantallas puede tener beneficios mensurables, como un mejor sueño y un mejor rendimiento académico, según expertos.

El tiempo excesivo frente a la pantalla

Diversas investigaciones demostraron que los niños utilizan dispositivos electrónicos más que cualquier otra actividad. En promedio, los niños pasan siete horas al día en estos dispositivos, cifra que se mantiene constante a lo largo de los diferentes grupos de edad. Los niños pequeños, entre 2 y 5 años, usan teléfonos y tabletas poco menos de dos horas al día. Los niños en edad escolar pasan entre cuatro y seis horas diarias frente a dispositivos, y los adolescentes hasta nueve horas diarias.

Los signos de uso excesivo de pantallas incluyen que la tecnología se convierta en una muleta emocional para escapar de la tristeza o el aburrimiento, o que interrumpa actividades diarias como la hora de comer. Los niños también pueden desarrollar una preocupación excesiva por aspectos como la duración de la batería o el temor a que les quiten sus dispositivos.

Pasar demasiado tiempo frente a las pantallas se relaciona con varios efectos negativos como el sueño inadecuado, malas calificaciones y un mayor riesgo de obesidad. Además, hay consecuencias psicológicas, especialmente entre los adolescentes.

Un estudio reveló que los adolescentes que pasan siete o más horas al día frente a sus pantallas tienen más del doble de probabilidades de sufrir depresión u otros problemas de salud mental en comparación con aquellos que usan pantallas una hora o menos al día.

Limitar el tiempo de pantalla permite desarrollar habilidades de comunicación y redes sociales en los niños (Imagen ilustrativa Infobae)

Beneficios de limitar el tiempo

La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) recomienda limitar el tiempo frente a la pantalla a no más de una hora al día para niños de 2 a 5 años y evitar por completo el uso de pantallas en bebés y niños menores de 18 meses. Una excepción a esta regla es el chat por video con familiares y amigos, considerado un uso de medios de “alta calidad” que puede mejorar las habilidades de comunicación.

Limitar el tiempo de pantalla permite a los niños pequeños y preescolares desarrollar habilidades importantes a través de actividades de juego sencillas, como los juegos imaginativos o la manipulación de juguetes. Además, se facilita el desarrollo de habilidades de comunicación, actividad física y un descanso adecuado.

Los investigadores también encontraron que cuando los padres monitorean los hábitos tecnológicos de sus hijos mayores, se observa un impacto positivo en el ámbito social, académico y físico. Un estudio que analizó a estudiantes de tercer, cuarto y quinto grado encontró que los límites de pantalla se relacionaban con un bienestar general mejorado.

Los niños cuyos padres monitoreaban y restringían el uso de medios tenían menor exposición a la violencia en los medios, mejor sueño, un índice de masa corporal (IMC) más bajo, mejor rendimiento escolar, mejor comportamiento social y menor agresión.

La Academia Estadounidense de Pediatría sugiere no más de una hora de pantalla al día para niños de 2 a 5 años (Freepik)

Estrategias para establecer límites

La tecnología tiene beneficios, como hacer más atractivos ciertos conceptos educativos, conectar a los niños con sus pares y proporcionar entretenimiento. No obstante, es crucial establecer límites para que el uso de pantallas no afecte la salud, desarrollo y bienestar mental de los menores.

1- Establecer límites de tiempo y respetarlos
Es vital establecer reglas claras sobre el uso de las pantallas. Por ejemplo, permitir una hora de televisión después de hacer la tarea o no más de 30 minutos en total en aplicaciones como TikTok o Snapchat. Muchas plataformas de dispositivos, como Apple y Android, y proveedores de cable e inalámbricos, ofrecen herramientas de control parental que permiten limitar el acceso a Internet y plataformas a ciertos momentos del día.

A pesar de que puede ser tentador ceder ante las súplicas de los niños por más tiempo, es importante mantener la firmeza y consistencia en la imposición de estos límites.

2- No permitir pantallas en el dormitorio
La AAP no aconseja tener dispositivos multimedia en el dormitorio de los niños. Aquellos que tienen un televisor o dispositivo móvil en sus habitaciones tienden a estar en línea más tiempo y duermen menos en comparación con los que no los tienen. Esto puede deberse a las emisiones de luz azul de los dispositivos tecnológicos, que afectan los ciclos de sueño-vigilia.

3- Saber lo que ve su hijo
Ver contenido con el niño y discutir activamente sobre lo que se ve, pensar críticamente sobre el contenido y hablar sobre sus efectos es una de las mejores maneras de monitorear el uso de medios. Es recomendable desarrollar el hábito de saber qué ve y escucha el niño mientras está online y juega videojuegos o mira televisión.

4- Nunca es demasiado tarde para poner límites
Aunque los niños disfruten de aplicaciones, videos, juegos y plataformas de redes sociales, es importante establecer límites. El acceso a medios digitales de alta calidad puede ofrecer una mayor conexión social y exposición a contenidos que estimulan el cerebro. Sin embargo, es imprescindible crear reglas saludables en torno al tiempo de pantalla para asegurar su bienestar general.

Por Pilar Alvarez (Infobae)