¿POR QUÉ?

eduardo-rivasPor Eduardo Rivas* – ¿Por qué cuesta tanto alinear el decir con el hacer, el actuar de acuerdo a lo que se piensa y se dice? ¿O es que hay una ruptura anterior y lo que se dice no es lo que se piensa, y en consecuencia lo que se hace es lo que se piensa y no lo que se dice? ¿Por qué cuesta tanto ser coherente?

En los últimos días hubo una serie de noticias nacionales que, pese a que muchos crean que el accionar local es independiente de lo que ocurre fuera de sus límites, exponen claramente las contradicciones en que incurren los dirigentes locales a diario.

La primera de ellas es la denuncia sobre el financiamiento de la campaña de Cambiemos en 2015 y 2017. Zárate vivió una realidad similar a la que se denuncia, y sin embargo los referentes locales del PRO, y en especial sus concejales, que hablan y hablan de transparencia no pueden explicar el financiamiento de la campaña electoral, realidad que denunciáramos más de dos años y medio atrás. (https://principedelmanicomio.wordpress.com/2016/02/22/quien-quiera-oir-que-oiga/)

Otras de las noticias tienen que ver con el rol que debe ocupar la Iglesia Católica. Al respecto los funcionarios locales se llenan la boca hablando de la importancia de la separación entre Iglesia y Estado, pero sin embargo siguen teniendo colgados los crucifijos… no vaya a ser cosa que se enoje el cura.

Como canta Joan Manuel Serrat, se llevan bien con todo el mundo, y esta realidad es transversal, cruza a todos los dirigentes locales que hacen pirotecnia verbal pero no concretan acciones acordes a sus enunciados públicos. Volviendo a Serrat, entre esos tipos y yo hay algo personal.

Quien gobierna, en cargos uninominales, representa a todos, incluso a quienes no lo votaron. En los cuerpos colegiados, por el contrario, cada bloque representa a una porción de la sociedad, porque los intereses que se defienden, si se lo hace con honestidad, debe estar, necesariamente, contrariando a otros intereses,. No se puede contentar a todos, no se puede quedar bien con todos.

Y la única forma de lograrlo es siendo coherente, porque cuando se pretende contentar a todos es cuando más se cae en la endeblez de los argumentos, por eso…
Generalmente no se llevan bien con los pensadores

Son como los toros, no ven todos los colores

Llegaron a salvarnos en estos tiempos trágicos

Juntos con sus promesas llenas de realismo mágico

Y con su lenguaje de mentiras infinitas

Convencen hasta las flores de que no son bonitas

Te confunden aunque tengas claridad mental

Son de los tipos que le venden hielo a un esquimal

 

¿Por qué, entonces, no procuran hacer las cosas bien, de manera coherente, haciendo lo que se dice, diciendo lo que se piensa y pensando lo que se hace? Si así fuera, las denuncias que realizáramos las últimas dos semanas serían más que una mera columna en el periódico local, si no lo son es porque aunque lo nieguen, son iguales, son más de lo mismo y no pueden demostrar en hechos concretos lo que tanto afirman en los discursos públicos.

* Licenciado en Ciencia Política | [email protected] | @eduardorivas07