Predecir la erosión protege la productividad de los suelos

Desde hace más de cuatro décadas, la siembra directa en los campos argentinos contribuye a minimizar procesos de pérdida de suelo. Sin embargo, la prevalencia de monocultivos –como soja, maíz o trigo– hizo que aumente el escurrimiento superficial del agua en un lote, lo que erosiona la fertilidad de los campos. 

Mediante el uso de un modelo físico, técnicos del INTA pueden estimar cuál será el porcentaje de recurso que se perderá, en un período de tiempo determinado, según el esquema de cultivos que se instalen. Con esta herramienta será posible diseñar esquemas de cultivos sustentables y adaptados a cada ambiente del país.

“La degradación de recursos que tenemos en los sistemas productivos actuales pone de manifiesto la relevancia de contar con modelos que permitan estimar con precisión qué porcentaje de suelo y agua se escurre con cada lluvia”, señaló Jorge Gvozdenovich, especialista en manejo y conservación de suelos del INTA Paraná –Entre Ríos–, y agregó que: “Con esa información podremos diseñar sistemas productivos más sustentables”.

Mediante la implementación del modelo WEPP (WaterErosionPrediction Project) es posible predecir cuál será el porcentaje de suelo que se perderá, en un período de tiempo determinado, según el esquema de cultivos que se instalen en el lote.

“Si en un campo de maíz caen 50 milímetros, con el uso del modelo se sabe que en promedio se escurren unos 25 mm y si a eso le sumamos que la planta absorbe 12 mm por día, sólo tendremos agua acumulada para dos días”, graficó Gvozdenovich quien analizó: “El desafío está en ver cómo podemos aprovechar la mayor cantidad de agua posible y reducir el escurrimiento superficial, debido a que la lluvia que no se infiltra arrastra materia orgánica, nutrientes y erosiona la fertilidad de los campos”.

Centímetro a centímetro

Cada centímetro de suelo que se pierde por un mal manejo del lote tiene un costo económico. “En Entre Ríos, perder un centímetro de suelo fértil por hectárea debido a la erosión hídrica significa perder 120.000 kilos de suelo por hectárea al año. Si se extrapola este valor a toda la superficie cultivada, el número se multiplica considerablemente”, advirtió el investigador del INTA.

Existe una relación real entre el suelo que se pierde y el rendimiento de los cultivos. “Un centímetro de suelo perdido tarda aproximadamente 800 años en regenerarse”, expresó Gvozdenovich y aclaró: “Estamos perdiendo la tierra más productiva que tenemos. Es indispensable generar conciencia sobre la importancia de la conservación del recurso”.

Para proteger el suelo, el mayor obstáculo es la repetición de los cultivos que dejan el suelo poco cubierto durante gran parte del año. “Una agricultura sustentable requiere de rotaciones que incluyan en las secuencias verdeos de invierno como centeno, avena, vicia, cebada o arveja, según la región”, expresó.

Desarrollado por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés), WEPP es un modelo complejo de simulación continua que permite cuantificar el desprendimiento de las partículas de suelo, su transporte y sedimentación. Los detalles de su funcionamiento y las posibilidades de planificación de los esquemas de cultivos que permite serán analizados en el seminario Modelos para evaluación de la erosión hídrica, organizado por la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA).