Promover hábitos saludables en los niños es bueno para prevenir enfermedades cardíacas en la vida adulta

No se los tiene en cuenta cuando se habla de prevenir infartos, obstrucciones coronarias o ACV, pero el cuidado de la salud cardiovascular de los más chicos hará que el principal problema de salud en el mundo decrezca en las generaciones venideras.

La única forma de disminuir los factores de riesgo cardiovascular es lograr que los chicos lleguen a la vida adulta con buenos hábitos arraigados. Los niños no son una población a la que se tenga en cuenta cuando se habla del preocupante crecimiento de la enfermedad cardiovascular y sus temidas consecuencias: el infarto de miocardio, la obstrucción coronaria, el ACV; sin embargo, es el cuidado de la salud cardiovascular de los más chicos lo que hará que esa preocupante epidemiología, que hoy es el principal problema de salud en el mundo entero según la Organización Mundial de la Salud (OMS), decrezca en la futura población adulta.

Precisamente, una campaña nacional de la federación apunta a indagar desde la propia edad escolar cómo se comportan los chicos en relación con los hábitos que a futuro generarán más infartos y ACV en la población. El objetivo de los especialistas es que no sólo los chicos obesos deben aprender a comer mejor y hacer ejercicio.


Según la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, se estima que 38 mil personas de entre 40 y 79 años mueren por año por causas relacionadas con falta de actividad física.


“Si logramos modificar esos hábitos, mediante el diálogo, buscando maneras eficaces de intervenir, indagando en sus costumbres para poder hacer que se comprometan con un cambio hoy, vamos a tener menos factores de riesgo en la población a futuro”, aseguró la médica cardióloga Sandra Romero.

Paula Quiroga es cardióloga especialista en rehabilitación cardiovasculary presidente del Comité de Cardiología del Ejercicio de la FAC e hizo hincapié en otra de las aristas principales por donde tomar este complejo problema: “El movimiento es algo innato y los niños ‘entrenan’ de manera natural a través del juego, pero los chicos de hoy están mucho más limitados en sus movimientos que los de las generaciones anteriores”.

La consecuencia es un creciente sedentarismo que se ve reflejado en el aumento de las tasas de sobrepeso a edad temprana y detección precoz de diabetes adquirida. “El problema es qué hacemos los adultos frente a esto, entonces, iniciativas como los quioscos saludables y el aumento de las horas de educación física en algunas escuelas, son iniciativas interesantes, pero lo cierto es que también los adultos estamos inmersos en el problema de la falta de tiempo y de lugar”, remarcó.

Fuente: Infobae