El gobierno bonaerense “encendió todas las alertas” por el aumento de casos de coronavirus que se viene registrando en los últimos días, por lo que dispuso un aumento de los controles, sobre todo en el transporte, para evitar que “derrame” sobre el conurbano la multiplicación de contagios en la Ciudad Autónoma d Buenos Aires.
La cuestión de la perfectible suba de casos fue conversada por el gobernador Axel Kicillof y el presidente Alberto Fernández durante dos encuentros que mantuvieron hoy en el territorio: uno en Almirante Brown y otro en Quilmes, en un hospital y en una fábrica de máscaras, donde estuvieron acompañados de funcionarios de ambos distritos.
Allí se decidieron una serie de reuniones donde se analizó la situación, de las que participaron el ministro de Salud nacional, Ginés González García, su par nacional Daniel Gollán y el ministro de Desarrollo de la Comunidad, Andrés Larroque, junto al titular de Desarrollo nacional, Daniel Arroyo.
“Lo peor idea del mundo es permitir que el virus venga y vaya” entre el conurbano y la ciudad, dijo luego Kicillof, quien advirtió que “los días más difíciles” de la pandemia “todavía no llegaron”. El gobernador apuntó al aumento de casos en la CABA, en el marco de la apertura que opera desde el martes en ese distrito.
“Parecía que el problema era cómo el virus iba a ir del conurbano al Capital y es al revés”, dijo Kicillof en referencia a lo que considera el origen del aumento de los casos, que su gobierno ubica en los barrios carenciados de la ciudad. “No queremos que eso derrame sobre la provincia”, dijo.
Sobre esa base, la provincia anunció que reforzó los controles, sobre todo los de circulación, aunque negó que por ahora esté en estudio una marcha atrás con el grado de flexibilización del aislamiento en el conurbano. “Vamos a seguir en la fase tres -50% de circulación- pero con controles ajustados”, explicaron en el Gabinete.
(DIB)