Los futbolistas afectados por este cuadro respiratorio y que están en duda para el domingo son Upamecano, Adrien Rabiot y Kingsley Coman. A ellos se les sumaron Raphael Varane e Ibrahima Konaté, la dupla de centrales titulares ante Marruecos del equipo de Didier Deschamps.

Las alarmas se encendieron en el plantel de la Selección de Francia de cara a la final mundialista del domingo, ya que tres futbolistas presentaron síntomas compatibles con una posible afección respiratoria. Lo cierto es que el cuerpo médico del esquipo habló de “cuadros febriles y síntomas de gripe” y se sospecha que puedan estar transitando una infección por Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS), vulgarmente conocido como “virus del camello”.

“Las temperaturas han bajado. Hay aire acondicionado completo. Hay estados febriles. Todos prestamos atención. Con organismos tensos y fatiga, las defensas inmunológicas de los jugadores son más débiles. A Dayot (Upamecano) le sucedió justo después del partido contra Inglaterra, no es casualidad. Nos adaptamos a la situación sin volvernos paranoicos”, explicó el director técnico de Francia, Didier Deschamps en conferencia de prensa.


Lo cierto es que los futbolistas afectados por este cuadro respiratorio y que están en duda para el domingo son Upamecano, Adrien Rabiot y Kingsley Coman.


El Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS) también es causado por un tipo de coronavirus, MERS-CoV, que fue identificado por primera vez en Arabia Saudita en 2012.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los coronavirus son una extensa familia de virus causantes de enfermedades que abarcan desde el resfrío común hasta el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS). En tanto, aproximadamente el 35% de los casos de pacientes con MERS notificados a la OMS han fallecido.

El MERS-CoV es un virus zoonótico, lo que significa que se transmite de animales infectados a las personas. El MERS-CoV se ha detectado en dromedarios que se han relacionado con infecciones humanas en varios Estados Miembros de Oriente Medio, África y Asia Meridional.

La transmisión de persona a persona es posible y ha tenido lugar predominantemente entre contactos directos y en entornos de atención de salud. Fuera de esos entornos de atención de salud, la transmisión de persona a persona ha sido limitada.

Como pasa con el SARS-CoV-2, el espectro clínico de una infección por MERS-CoV abarca desde la ausencia de síntomas (infección asintomática), o síntomas respiratorios leves, hasta enfermedades respiratorias agudas graves y la muerte. Un cuadro típico del MERS consiste en fiebre, tos y dificultad respiratoria. La neumonía es una manifestación habitual, pero los pacientes con MERS no siempre desarrollan esta afección. También se han notificado síntomas gastrointestinales, como la diarrea. Un cuadro grave de la enfermedad puede entrañar una insuficiencia respiratoria que requiere ventilación mecánica o soporte vital en una unidad de cuidados intensivos. Las personas mayores, las personas con sistemas inmunitarios debilitados y las personas con enfermedades crónicas, como nefropatías, cáncer, neumopatías crónicas, hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares y diabetes, parecen estar expuestas a un mayor riesgo de padecer un cuadro grave de la enfermedad.

En la actualidad no se dispone de ninguna vacuna ni de ningún tratamiento específico, aunque hay varias vacunas y tratamientos específicos contra el MERS-CoV en proceso de desarrollo clínico. A falta de un tratamiento específico contra el MERS, el tratamiento de los pacientes contra esta enfermedad es de apoyo y se basa en el estado clínico del paciente.

(DIB)