¿Qué hacía que los incas fueran tan brillantes en un tema tan complejo como la cirugía craneal?

Hoy es una cirugía de alta complejidad llamada craneotomía, pero la delicada práctica de perforar el cráneo -tradicionalmente conocida como trepanación- se originó durante la prehistoria.

Se trata de una intervención quirúrgica que abre un hueco en el cráneo, muchas veces con la intención de aliviar la presión del cerebro o para poder operar sobre este órgano.

En la actualidad este tipo de procedimiento es realizado por neurocirujanos cuando la vida o la salud de un paciente está en juego. Pero en algunas culturas del pasado la trepanación fue una técnica popular que se hacía por causas médicas menores -como dolores de cabeza- o como parte de ritos religiosos.


 

La evidencia más temprana de la trepanación data de hace aproximadamente 7000 años en Alsacia, una región francesa lindante con Alemania.


Los mejores

Diversos antropólogos se dedicaron a estudiar los niveles de supervivencia de las personas sometidas a cirugías craneales en el pasado, lo que permitió armar un “ranking” de los que mejor realizaban la práctica.

Las conclusiones son sorprendentes: por ejemplo, se halló que durante el período Neolítico el 30% de los trepanados sobrevivía a la intervención. En cambio, durante el imperio romano ocurría con 1 de cada 100.

La causa, según los expertos, es que -curiosamente- los trepanadores prehistóricos trabajaban en mejores condiciones higiénicas ya que utilizaban herramientas de piedra, que eran más estériles y disminuían el riesgo de infección.

El neurólogo David Kushner de la Universidad de Miami y los antropólogos John Verano (Universidad de Tulane) y Anne Titelbaum (Universidad de Arizona), estudiaron las trepanaciones realizadas por los incas (1438-1533) y vieron que presentaban niveles extraordinarios de supervivencia.

Según su estudio, publicado en la edición de junio de la revista científica World Neurosurgery, entre el 75% y el 83% de los sujetos sometidos a perforaciones craneales vivían para contarlo.

Pasarían varios siglos más, hasta después de la Primera Guerra Mundial, para que la trepanación evolucionara hasta convertirse en lo que es hoy: la neurocirugía, que tiene una tasa de supervivencia aún mejor que la de los incas.

Fuente: BBC Mundo