Recorrer y pensar como propósitos: así fue La noche de la filosofía

El filósofo esloveno Slavoj Zizek, el antropólogo argentino Néstor García Canclini, el filósofo argentino Tomás Abraham y la antropóloga argentina Rita Segato fueron algunos de los 50 participantes de la tercera edición de la Noche de la Filosofía, un encuentro realizado en el Centro Cultural Kirchner que combinó la reflexión intelectual con la música, la gastronomía y el teatro.

En la Noche de la Filosofía participaron, además, Barbara Cassin, directora de investigación en el Centre National de la Recherche Scientifique de París; Florent Guénard, conferencista de la Universidad de Nantes; Eric Sadin, filósofo y escritor; Marc Bessin, filósofo y profesor; el historiador Georges Didi-Huberman; Evelyne Mesclier, directora del Instituto francés de Estudios Andinos y Muriel Ubéda-Saillard, de la Universidad de París-Nanterre.

La relación con la tecnología, las formas de consumo, el rol de los medios, la historia de la filosofía y su vínculo con la política, la cuestión de género, el lugar del Estado y los nuevos sistemas fueron algunos de los temas abordados en el encuentro que, según sus organizadores, contó con la presencia de más de 40 mil personas.

El filósofo esloveno Slavoj Zizek abrió la noche con la videoconferencia “Con ojos inhumanos”, donde planteó que “la distopía es una utopía con otro paquete: la oportunidad de cambiar la modernidad capitalista y erradicarla dejando el sueño de calmar su distracción o comenzar de nuevo luego de un apocalipsis”.

“Todos los videojuegos donde el universo colapsa son una simple fantasía de regresar al orden que tenemos hoy en día, el mismo orden del cual todos los problemas como traumas, disfunciones, corrupción, desaparecen. Es un nuevo orden con embellecimientos menores”, sostuvo.

También apuntó que “la historia de un nuevo comienzo luego del apocalipsis deja el lienzo en blanco y nos permite comenzar desde cero, lo cual nos lleva a mantener las cosas iguales. Las máquinas digitales que mantienen los videojuegos nos llevan a nosotros, los jugadores, a un modo específico de subjetividad, a una subjetividad pre-edípica no castrada aún, que flota en una inmortalidad casi obscena”.

“Esta inmortalidad obscena es una fantasía que precede mucho a los videojuegos, lo vemos por ejemplo en las obras del Marques de Sade”, explicó el autor de “Todo lo que usted siempre quiso saber sobre Lacan y nunca se atrevió a preguntarle a Hitchcock”.

En “Ciudadanos remplazados por algoritmos”, el antropólogo argentino Néstor García Canclini sostuvo que “los medios son instrumentalizados por los políticos y los gobiernos pero han descubierto que necesitan mostrar una independencia ante esos gobiernos y políticos, para no perder la confianza de sus audiencias. Además, en medio del desprestigio de las instituciones, los medios aparecen con la potencia de sus grabaciones y filmaciones como testigos privilegiados”.

“Reemplazan a la justicia en la declaración de culpables -continuó-, sin importar que manejen evidencia o no. Además, las redes sociales generan la sensación de que cualquiera puede actuar como ciudadano, denunciante y eventual juez”, señaló.

Y desarrolló: “La vulnerabilidad en potencia de los ciudadanos aumenta cuando sentimos no solo que nuestras comunicaciones pueden ser grabadas sino que la suma de nuestros comportamientos serán combinados en algoritmos y ese saber será organizado por fuerzas secretas, globalizadas, que usarán esos conocimientos para encausar nuestros actos como consumidores y ciudadanos”.

Tomás Abraham, en “El deseo de revolución”, dijo que “el deseo insiste a pesar nuestro: el deseo de revolución, un deseo de cambiar el mundo, de justicia, de hacerlo mejor, de denunciar todo tipo explotación. Esto es permanente en la filosofía francesa. No es un deseo inocente, no es el deseo infantil, es un deseo basado en una verdad, en una teoría, en una filosofía”.

“En un esquema por el cual hay una ciencia de la historia que interpreta la historia de la humanidad como una historia de lucha de clases que tiene un sujeto que se llama proletariado y tiene un doctrina que apoya objetivamente la prosecución de un fin. Esta verdad está en crisis, empezó a estar en crisis en la filosofía francesa”, explicó el autor de “Los senderos de Foucault”.

Finalmente, la antropóloga argentina Rita Segato reflexionó que “la filosofía es la lucha con la lengua para conseguir crear retoricas que lleven a las personas a ver el mundo como el filosofo lo ve. No hay filosofía inocente. Toda la filosofía se dirige a un lugar que es la meta histórica, forma parte del proyecto histórico de este filósofo. La neutralidad es para la observación del mundo pero no para la hora de las preguntas: filosofar es poner cualquier disciplina en diálogo con la época”.