El organismo publicó 40 prioridades de investigación sobre la resistencia a los antimicrobianos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó su primera agenda mundial que describe 40 prioridades de investigación para combatir la resistencia a los antimicrobianos (RAM), una de las principales preocupaciones de salud pública que desvela al organismo.
La RAM ocurre cuando las bacterias, virus, hongos y parásitos cambian con el tiempo y ya no responden a los medicamentos antimicrobianos, lo que hace que las infecciones sean más difíciles de tratar y aumenta el riesgo de propagación de enfermedades, enfermedades graves y muerte.
Como resultado, los medicamentos antimicrobianos se vuelven ineficaces y las infecciones persisten en el cuerpo, lo que aumenta el riesgo de transmisión a otras personas.
La RAM sigue siendo una de las principales amenazas mundiales para la salud pública que enfrenta la humanidad y se asoció con la muerte de cerca de cinco millones de personas en todo el mundo en 2019.
En línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, que deben ser respondidos para 2030, el objetivo es que los científicos del mundo aborden las prioridades de salud humana más urgentes para combatir la resistencia a los antimicrobianos.
De esta manera, la Agenda de Investigación Global de la OMS para la RAM en salud humana catalizará innovación e investigación de implementación, abarcando la epidemiología, la carga y los impulsores de la RAM, estrategias rentables y específicas del contexto para prevenir infecciones y la aparición de resistencia.
También implicará el descubrimiento de nuevas pruebas de diagnóstico y regímenes de tratamiento mejorados, la identificación de métodos rentables para recopilar datos y traducirlos en políticas, y cómo implementar las intervenciones actuales de manera más eficiente en entornos con recursos limitados.
Ley Argentina
La Ley 27.680 de prevención y control de la resistencia a los antimicrobianos, sancionada el 10 de agosto del 2022 postula, entre otras cuestiones, el uso responsable de los antibióticos, reforzar la vigilancia y la investigación.
“Independientemente de la condición que tenga el medicamento de venta, venta libre, venta bajo receta o venta bajo receta archivada, no existen medicamentos inocuos, no tenemos que pensar que porque un medicamento sea con menos control que otros se lo puede ingerir cuando se desee, en la cantidad deseada, sin una supervisión de un profesional detrás”, señaló por su parte el farmacéutico Fabián Bautista, miembro de la Federación Argentina de Cámaras de Farmacias (FACAF), recordó que la
Y añadió: “Muchas veces el paciente cree que una simple aspirina de 100 mg no le va a hacer nada, pero en algunos pacientes esa aspirina puede estar totalmente contraindicada y hasta le puede quitar más salud”.
Respecto a la reglamentación vigente, si bien la Ley 27.680 tiene alcance nacional, la adhesión a la misma cuenta decisión de cada provincia. “A partir del año pasado comenzamos con una legislación que cambia un poco la manera en que la farmacia va a vender el antibiótico. El antibiótico pasa a ser un medicamento de venta bajo receta archivada y sobre todo porque, en el caso particular del antibiótico, el mal uso, no solo puede conllevar a efectos colaterales, sino que puede llevar a lo que posteriormente conocemos como la resistencia antibiótica”, indicó.
Es importante comprar el medicamento en un lugar donde tenga garantizado origen y conservación. Desde las farmacias tenemos la obligación de sugerir a las personas que realicen consulta médica y no promover la automedicación.
Bautista explicó que la resistencia antibiótica sucede cuando las bacterias que tenemos en nuestro cuerpo saben cómo “murieron” sus compañeros y a partir de ahí generan sus defensas. “Técnicamente, se genera por alguna mutación externa debido a algún tipo de alteraciones de ADN de la bacteria, generalmente dada por mutaciones propias de la bacteria o por la incorporación de algún producto genético plásmido. Esto hace que esas bacterias que introdujeron ese cambio no puedan ser destruidas por el antibiótico, por lo cual se genera una selección natural automática y esa bacteria que era sensible a ese antibiótico, deja de serlo”. (DIB)