El Gobierno restableció el incentivo a la importación de gasoil, a lo que le sumó la de nafta, por lo que las refinadoras podrán solicitar un monto equivalente a lo que deban pagar en concepto de impuestos sobre los Combustibles Líquidos y al Dióxido de Carbono. Se trata del Régimen de Incentivos al Abastecimiento Interno de Combustibles (Riaic), creado también por decreto en junio del año pasado, pero que regía sólo para el gasoil.

Con el nuevo decreto 86/2023 publicado este miércoles en el Boletín Oficial, el beneficio rige para las empresas refinadoras que importen gasoil y nafta, y será equivalente a la suma que deban pagar en concepto de Impuestos sobre los Combustibles Líquidos y al Dióxido de Carbono. Podrán adherir al Riaic las empresas refinadoras y refinadoras integradas que revistan la calidad de abastecedores domésticos excedentarios de gasoil o naftas respecto de su capacidad de producción, contando con plena utilización de su capacidad instalada de refinación.

Además, deben obtener mensualmente una Participación Bimestral Móvil en el Abastecimiento Interno de gasoil o naftas que no resulte inferior a su participación promedio anual de 2022 en más de 1%.

Asimismo, podrán adherir al Régimen las Pequeñas Refinerías de Regiones Afectadas –PReRA– ubicadas en regiones con insuficiencias de abastecimiento interno de gasoil o naftas superiores a la media nacional que por motivos relacionados con su ubicación geográfica, la situación declinante de la cuenca de crudo de la que son principalmente abastecidas o por carecer de oferta de crudo local en condiciones de mercado se vean imposibilitadas de utilizar al máximo su capacidad de refinación.

El Régimen de Incentivos al Abastecimiento Interno de Combustibles (RIAIC) fue creado a mediados del año pasado a raíz de la “compleja situación energética global” que se desató a partir de la invasión de Rusia a Ucrania y que “ha generado una creciente escalada de precios internacionales afectando la asequibilidad de los recursos energéticos, especialmente en los países en desarrollo”.

En este marco, uno de los problemas que enfrenta la industria hidrocarburífera argentina es la insuficiencia estructural de la capacidad refinadora local para abastecer completamente una demanda creciente, tanto industrial como del parque automotor.

En los considerando del decreto publicado esta madrugada, el Gobierno señaló que “la situación se ha visto agravada por el progresivo declino de cuencas convencionales claves para el abastecimiento de refinerías regionales estratégicas y por la reducción tendencial en la densidad media del crudo producido, con su consecuente efecto sobre la productividad de refinerías adaptadas a crudos más pesados”.

(DIB)