Rinitis alérgica: el mal del otoño que afecta la calidad de vida de quienes la padecen

Cada estación tiene una climatología diferente que lleva a que en cada una de ellas el estilo de vida se modifique. Entre el verano y el invierno predominan enfermedades alérgicas y conocerlas será clave para hacerles frente y saber cómo prevenirlas.

En otoño el día es más corto, las temperaturas bajan y la humedad aumenta en el ambiente, se reducen las horas de luz natural porque la energía del sol llega más debilitada.

Todos estos cambios repercuten en el estado de ánimo, el sistema inmunológico y el metabolismo, produciendo una serie de trastornos.


Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre 400 y 600 millones de personas sufren de rinitis alérgica en el mundo y el organismo advirtió que para 2050 la mitad de la población mundial será alérgica. Frecuentemente se pueden asociar a otras enfermedades como sinusitis, otitis media, laringitis y asma.


En 2017, la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (AAAeIC) presentó el primer estudio de prevalencia de rinitis alérgica en el país, que reveló que la patología es sufrida por 5,5 millones de habitantes entre 5 y 44 años, pero uno de cada tres no lo sabe.


De ellos, 3,8 millones tienen diagnóstico, pero alrededor de 1,7 millones tienen síntomas de enfermedad sin haber sido diagnosticados. Los autores de este trabajo calculan que en el país se automedican 170 mil personas que padecen rinitis y la mirada está puesta en los tratamientos erróneos.


La médica otorrinolaringóloga Stella Cuevas, del Hospital de Clínicas José de San Martín, señaló: “A la cuestión genética se le debe sumar el medio ambiente, el cambio climático y los diferentes estilos de vida (el mayor confort no siempre es positivo para estas enfermedades respiratorias), que hacen que la prevalencia de la rinitis esté aumentando”.
La severidad de este cuadro se mide de acuerdo a cuánto impacta en la calidad de vida de quien lo padece. “Se trata de una enfermedad que puede alterar la vida social, el ocio y la vida deportiva. Además, los afectados pueden tener sueño, estar irascibles y tener dificultad en el aprendizaje y desempeño laboral, lo que puede conllevar ausentismo en el trabajo y en la escuela”, ahondó.

Fuente: Infobae