Los senderos de la ciudad rionegrina, entre propuestas de alta y baja dificultad que convocan a una legión de turistas.

Ubicada a los pies del lago Nahuel Huapí, San Carlos de Bariloche, la ciudad más poblada de la Patagonia, seduce con la infinidad de actividades que tiene para llevar al turista a vistas increíbles, además de tener una experiencia única gracias a sus sabores.

Disfrutar de la montaña en Bariloche es uno de los objetivos de los viajeros que llegan cada año a la localidad de Río Negro. Por eso, uno de los atractivos de la ciudad andina lo constituyen sus senderos.

Bariloche ofrece travesías que duran varios días y requieren de gran preparación por su nivel de dificultad, pero también cuenta con itinerarios de baja intensidad y corta duración, tales como el paseo al Cerrito Llao Llao y Villa Tacul, recorridos de aproximadamente una hora, con vistas desde el mirador del cerro Llao Llao hasta Villa Tacul.

Aquellos visitantes que se inician en el trekking pueden elegir llevar a cabo la excursión a Bahía López, la cual consta de una caminata de una hora aproximada que permite a quien la haga deslumbrarse con postales del Brazo de la Tristeza, la Bahía López y el lado Este del cerro Capilla.

Otra de las opciones para disfrutar del verano en la ciudad es el recorrido al Lago Escondido, al que se llega tras atravesar un sendero por el Bosque de Coihues, en un recorrido que dura unos 20 minutos de caminata.

Desde ese punto se puede continuar hasta la Bahía de los Troncos y apreciar desde allí hermosas vistas al cerro López, el cerro Capilla, la desembocadura de Bahía López y las nacientes del Brazo Tristeza. (DIB)