Como la mochila y los útiles escolares, la visita al médico pediatra y a otros especialistas en el marco del inicio del ciclo lectivo también es fundamental.

La vuelta de los chicos a clases es una excusa perfecta para hacer una visita al pediatra, controlar las vacunas del Calendario Nacional, y también realizar una consulta al oftalmólogo, ya que el 80% de los conocimientos se adquieren a través de la visión en esa edad.

“Habitualmente, los controles visuales no se encuentran incluidos en la rutina antes del comienzo de clases, principalmente porque los chicos no suelen darse cuenta solos que no están viendo bien y no lo manifiestan. La inclusión de un control de la vista, entre los chequeos médicos previos al comienzo de clases, es muy importante”, señalaron desde el Colegio de Ópticos de la provincia.

Los controles deben realizarse los primeros meses de vida para descartar enfermedades congénitas y patología tumoral. De 1 a 3 años para consultas por estrabismo y ambliopía, esta última más conocida como “ojo vago”. A partir de los 4 años para detectar problemas de agudeza visual y defectos de refracción que de no ser diagnosticados pueden llevar a los chicos a tener serias dificultades en el aprendizaje.

Los controles deben realizarse los primeros meses de vida para descartar enfermedades.

Desde el Colegio de Ópticos señalaron que los problemas de la visión que pueden influir en el aprendizaje son miopía (no ven bien los objetos lejanos); hipermetropía (se produce una dificultad a la hora de ver correctamente los objetos de cerca) y astigmatismo (los objetos se ven desenfocados). Puede presentarse solo o conjuntamente con la miopía o la hipermetropía.

La detección a tiempo de alguno de estos errores refractivos son de gran importancia dada la influencia que ejerce la visión en el aprendizaje, en el rendimiento académico, deportivo y personal.

En los niños de edad escolar hay que prestar atención a los siguientes signos:

  • Poca habilidad para ver los objetos a distancia como leer el pizarrón.
  • Cruza o entrecierra los ojos.
  • Presenta dificultad para leer o hacer trabajos de cerca
  • Se sienta demasiado cerca de la televisión.
  • Manifiesta dolores de cabeza luego de periodos de lectura.
  • Pestañea más de lo normal.
  • Se frota mucho los ojos.
  • Cierra un ojo o se lo tapa para ver mejor.

Si luego del control visual el niño necesita usar corrección, ¿qué es importante tener en cuenta?

  • Siempre adquirir el anteojo o los lentes de contacto, según la indicación, en una óptica habilitada, atendida por el Óptico-Contactólogo matriculado.
  • El asesoramiento en cuanto a la forma, tamaño y material de la montura es muy importante, así como la del material y tratamientos existentes de los cristales.
  • Es importante que el niño participe en la elección de su anteojo, ya que si se siente a gusto lo usará sin problemas.
  • Una vez seleccionado el armazón el profesional lo adaptará al rostro del pequeño para su perfecto centrado en la realización del trabajo.
  • Al entregar el anteojo se darán técnicas de limpieza y mantenimiento. Y se recomendará la visita periódica para mantenimiento del mismo (ajuste de tornillos, cambio de plaquetas entre otros).
DIB