En verano las radiaciones solares se intensifican y pueden acarrear problemas oculares tan graves como los que se desarrollan en la piel. Y además del sol, las actividades propias de las vacaciones y el calor, como ir a la pileta o la playa, también pueden afectar la visión.
“Cuando la temperatura empieza a subir y las radiaciones solares se intensifican, los expertos no se cansan de alertar sobre la necesidad de usar cremas solares para prevenir los efectos nocivos del sol sobre nuestra piel. Sin embargo, no estamos tan acostumbrados a oír advertencias sobre el perjuicio a los que nuestros ojos se encuentran expuestos en esta época del año”, señaló Betty Arteaga, médica oftalmóloga del Servicio de Oftalmología del Hospital Italiano de Buenos Aires.
“Los rayos ultravioletas (UVA y UVB) son altamente dañinos para la vista, y otra zona comúnmente olvidada es la piel de los párpados, localización frecuente del cáncer de piel”, agregó, al tiempo que explicó: “al igual que la piel, los ojos también tienen memoria si fueron expuestos excesivamente a los rayos UV”.
Para evitar la irritación de los ojos al nadar o practicar deportes en la pileta o playa, Arteaga explicó que es necesario el uso de lentes de agua o antiparras protectoras, algunas pueden incluso tener el aumento que la persona necesita.
“Si se usan lentes de contacto, habrá que sacarlos antes de entrar a la pileta porque los microorganismos podrían adherirse, crecer allí y producir una infección en la córnea. Tampoco es conveniente usarlas en el mar; el viento, la arena y el sol son una mala combinación para los usuarios de lentes de contacto, es preferible usar anteojos de sol con nuestra graduación para estar más tranquilos”, agregó la médica.
“Es muy importante proteger a los niños de la radiación UV, ya que está demostrado que más de la mitad del tiempo que pasamos expuestos al sol en nuestra vida se produce antes de los 16 años”, alertó Arteaga.