Según la UCA, aumentó el trabajo infantil en los sectores medios y más chicos comen peor

El relevamiento de cómo los niños atravesaron el 2018 muestra que el déficit general que genera la crisis económica a ellos les pega –literalmente- en el cuerpo. Por un lado, la cifra de inseguridad alimentaria pasó, en un año, de 21,7% a 29,3%.

Hay más hogares en los que, por falta de dinero, se redujo la dieta alimentaria de los últimos 12 meses. En el 13% de los casos (contra el 9,6% de 2017) los consultados expresaron que en su hogar los chicos habían sufrido “inseguridad alimentaria severa”.

El otro dato preocupante en la radiografía del ODSA (Observatorio de la Deuda Social de la UCA) es el trabajo infantil. Tras una tendencia a la baja en el período 2010-2017, las cifras mostraron, el año pasado, un comportamiento nuevo: el trabajo infantil bajó en el sector “bajo” y creció en el “medio” y “medio-alto”. El promedio resulta en un aumento, con lo que el 12% de los chicos de 5 a 17 años que trabajaba en 2017 se convirtió en 15,5% en 2018.


Según Gustavo Ponce, experto en prevención y erradicación del trabajo infantil para la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de Argentina, “una cosa es que un varón o una niña de 10 u 11 años tienda su cama o ayude a poner la mesa. Otra es un niño que vaya a la casa de un tercero a realizar esas tareas, o termine haciéndose cargo de sus hermanos menores por falta de oferta de centros de cuidado.”.

“Las cifras oficiales indican que el 10% de los chicos de 5 a 15 años realizan estas tareas. Es una cifra alta; el trabajo infantil no incorpora la cultura del trabajo sino que desplaza a la niñez”, evaluó.


Fuente: Clarín