Serrat y su Mediterráneo sin fronteras se presentó en España

Con sólo 28 años, Joan Manuel Serrat publicó el disco que ha acabado siendo el más emblemático de su carrera, ya que más de la mitad de sus diez canciones han sonado repetidamente en todos sus conciertos desde entonces.

Mediterráneo, la que da título al álbum y a su gira de este 2018, Mediterráneo da capo, fue escogida por votación popular de TVE la mejor canción del siglo XX. Nada más y nada menos. Es una composición sin estribillo, con dos secuencias de 24 versos rematadas con la coda “Nací en el Mediterráneo”. Pero contienen todo lo que significa este mar, que ha sido cuna de nuestra civilización y hoy es el peor símbolo de la lucha entre el Norte y el Sur.

Serrat revisitó aquel álbum mítico coincidiendo con su medio siglo de carrera y los 47 años de su publicación. Empezando por Mediterráneo y siguiendo con canciones también míticas, como Qué va a ser de ti, Vagabundear, la entrañable Barquito de papel, la inmensa Pueblo blanco, pasando por el singular Tío Alberto (Alberto Puig Palau, un personaje que vivió a contracorriente y que ayudó a Serrat en sus inicios). No faltó la sencillez de La mujer que yo quiero , tampoco Lucía –la más bella historia de amor–, la mínima pero enorme Aquellas pequeñas cosas, y el demoledor poema Vencidos, el único tema del disco cuya letra no es del cantautor, sino que la toma prestada de León Felipe: “Por la manchega llanura, / se vuelve a ver la figura / de don Quijote pasar…”.

Una vez desgranados uno a uno los diez temas de Mediterráneo desde el principio (da capo), Serrat navegó por las aguas de nuestro mar, ora procelosas, ora calmas, al timón de ese barco en que convirtió su concierto, con un pasaje entregado, atento a todas las indicaciones del capitán. El cantautor estuvo acompañado por su banda habitual, impecable en la ejecución de los arreglos del siempre eficiente Ricard Miralles, al piano; con Josep Mas Kitflus, tecla­dos; Úrsula Amargós, viola; David Palau, guitarra –marcando el ritmo con su gorra–; Tomás Merlo, bajo, y Vicente Climent, batería.


 

A continuación Serrat sorprendió con La mer, la canción con que triunfó Charles Trenet en 1946, y añadió más canciones con el mar de fondo, como Plany al mar. También cantó Tatuaje, otra sorpresa de la noche, y no faltó Cantares, Me’n vaig a peu, Algo personal, Seria fantàstic, Temps era temps, hasta la traca final: Para la libertad, Pare y su siempre positiva Hoy puede ser un gran día.


Esta gira desembarcará también en nuestro país, presentándose Serrat en el Teatro Gran Rex de Capital Federal en el mes de Octubre.

Fuente: La Vanguardia