El italiano, cuarto en el ranking ATP, jugará su primera final de Grand Slam tras vencer al número uno del mundo por 6-1, 6-2, 6-7 (6) y 6-3, cortándole así una serie de 33 triunfos seguidos en Melbourne.
Jannik Sinner, cuarto en el ranking ATP, es finalista del Australian Open 2024 al vencer durante la madrugada del viernes a Novak Djokovic, número uno del mundo, por 6-1, 6-2, 6-7 (6) y 6-3 en 3 horas y 26 minutos de juego. De esta manera, el italiano puso fin a una Era cortándole al serbio una serie de 33 triunfos seguidos en Melbourne. En su primera definición de un Grand Slam, jugará ante Daniil Medvedev, quien superó a Alexander Zverev en cinco sets.
Djokovic, 10 veces campeón del Abierto de Australia y que no conocía la derrota en este torneo desde 2018, aspiraba a batir su récord con un 25° título de Grand Slam, pero Sinner frustró sus gloriosos planes. “Fue un partido muy duro. Empecé muy bien. Novak falló en los dos primeros sets. Sentí que no se encontraba muy bien en la pista, así que intenté seguir presionando”, explicó el italiano con clara alegría tras el destacado triunfo.
El serbio, que nunca había perdido una semifinal en Melbourne Park (10-0), cometió 29 errores no forzados durante los dos primeros sets, en una actuación inusualmente descuidada en comparación con los ocho que cometió Sinner.
El italiano, que derrotó al serbio en dos de sus tres últimos partidos, dominó por completo el desarrollo y obligó a Djokovic, de 36 años, a pedirle al público que lo apoye. Los gritos de “Nole, Nole” resonaron en las tribunas, pero el tenista de 22 años se quedó con dos sets de ventaja en solo 75 minutos de juego.
El partido se detuvo en el 5-5 del tercer set con un 40-40, mientras el personal médico atendía a un aficionado entre el público, pero el serbio le restó importancia a la interrupción para mantener el servicio y el set en el tiebreak en 78 minutos. El número uno mundial no cometió ningún error cuando se le presentó la oportunidad de llevarse el set y levantó el puño compartiendo el buen momento con el público. Pero solo fue un espejismo, ya que el italiano mantuvo el temple para cerrar el partido: en 53 minutos, ganó el cuarto y definitivo set para hacer historia.