La poderosa nave con la que el ser humano piensa volver a la Luna, intentará despegar después del fallido intento de abril, cuando solo voló cuatro minutos antes de explotar.

La empresa privada aeroespacial SpaceX aplazó hasta mañana sábado el lanzamiento de su poderoso cohete Starship, la nave más grande del mundo, tras suspender el primer test de vuelo, previsto para hoy desde Texas

El anuncio lo efectuó SpaceX por X (antes Twitter) y su página web y precisó que tiene previsto el lanzamiento a partir de las 7:00 hora local, 10 hora argentina (12:00 GMT) del sábado, con una ventana de dos horas.

El despegue se producirá desde Starbase, el sitio de la compañía ubicada Boca Chica, en la costa del extremo sur de Texas.

La Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) de EEUU había autorizado esta semana el lanzamiento del supercohete al considerar que SpaceX cumple con todos los requisitos de seguridad, medio ambiente, políticas y responsabilidad financiera.

La nave espacial Starship de SpaceX, espera sobre su potente cohete Super Heavy, su lanzamiento desde la plataforma de Boca Chica, cerca de Brownsville, Texas (REUTERS/Joe Skipper/)

El Starship despegará el sábado propulsado por la primera etapa del cohete, el lanzador llamado Super Heavy de 33 motores Raptor. Se prevé que la nave, que junto con el cohete propulsor mide 121 metros de altura (equivalente a más de 35 pisos), alcance su órbita y de una vuelta casi completa al planeta para culminar su trayecto en aguas del Océano Pacífico, cerca de Hawai.

Si bien Starship ha estado en pruebas durante varios años, el enorme sistema integrado Starship-Super Heavy solo tiene un despegue en su haber hasta la fecha. El 20 de abril, Starship despegó de Starbase y se elevó alto en la atmósfera antes de perder el control. SpaceX detonó remotamente el vehículo unos cuatro minutos después del lanzamiento, esparciendo los escombros sobre una amplia zona, lo que generó amplias quejas de distintos organismos ambientales y vecinos de la zona.

La compañía ha hecho algunas mejoras para evitar esto, entre ellas una relacionada con el proceso de separación y por el que la segunda etapa, la propia nave Starship, encenderá sus motores durante el mismo proceso de separación, y no después, en aras de conseguir más potencia.

Fotografía de archivo que muestra el despegue del cohete Starship. (EFE/Abrahan Pineda-Jacome)

Se han hecho cambios también en la plataforma de lanzamiento de Starbase, en Texas, para mitigar los efectos de los motores de la primera etapa, y que constituye uno de los aspectos analizados por la FAA tras la primera prueba efectuada la mañana del 20 de abril, en donde la potencia de los 33 motores Raptor terminó destruyendo el complejo de lanzamiento en su base.

El despegue dañó partes de Starbase, abriendo un cráter debajo del soporte de lanzamiento orbital de la instalación y haciendo llover trozos de concreto y otros escombros en el área circundante.

Para evitar que tales daños vuelvan a ocurrir, SpaceX instaló un sistema de diluvio de agua debajo del soporte de lanzamiento orbital: una placa de acero reforzada cuyo voluminoso rocío está diseñado para combatir el intenso calor y la potencia de los 33 motores Raptor de Super Heavy.

Trozos de la nave Starship lanzada en abril que debió ser explotada luego de perder el control (REUTERS/Go Nakamura)

Si Starship llega con seguridad al espacio esta vez, el vuelo esperado de 90 minutos verá a la nave volar hacia el este sobre el Golfo de México, hacer un circuito parcial de la Tierra y aterrizar cerca de Hawaii. Starship y Super Heavy son sistemas reutilizables, pero esta vez SpaceX apuntará a un simple amerizaje en el océano en lugar de aterrizar verticalmente, como lo hacen comúnmente las primeras etapas de los cohetes Falcon 9 y Falcon Heavy de SpaceX.

Técnicamente hablando, Starship no realizará una órbita completa del planeta, pero su vuelo esperado debería llevarlo a una velocidad casi orbital de 17.500 mph (28.160 kph) a una altitud de 150 millas (250 kilómetros).

La agencia espacial estadounidense se halla muy pendiente de los resultados del vuelo de prueba, en vista de que el Starship será el responsable de llevar a los astronautas de la misión tripulada Artemis III a la superficie lunar, un viaje contemplado en principio para el año 2025.

Ilustración del diseño del módulo de aterrizaje humano SpaceX Starship que llevará a los primeros astronautas de la NASA a la superficie de la Luna bajo el programa Artemis. (SPACE X)

El programa Artemis, con el que la NASA retornará al satélite terrestre después de 50 años, cuenta con el cohete lanzador Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS, en inglés) y la cápsula Orión, que ya fueron probados en la misión no tripulada Artemis I, la cual entre noviembre y diciembre de 2022 orbitó la Luna y luego regresó a la Tierra.

De acuerdo con algunos medios especializados, la agencia espacial estadounidense, que se halla en una carrera con China que tiene a la Luna como meta, ha desembolsado unos 4.000 millones de dólares (3.600 millones de euros) en el desarrollo del Starship.

Starship también está planeado para viajar a otros planetas como Marte (SpaceX)

SpaceX cree que el vehículo hará que la colonización de Marte, un viejo sueño del fundador y director ejecutivo de la compañía, Elon Musk, sea económicamente viable en un futuro no muy lejano.

De no despegar mañana, las ventanas de lanzamiento de respaldo se ejecutarán el domingo 19 o el lunes 20 de noviembre, según varios informes de los medios que citan avisos de la Administración Federal de Aviación de EEUU.