Terminó la batalla deportiva. Sonó el silbato y saltaron las lágrimas. La de este hombre celeste que fue figura en la primera de Defensores, goleador, lo “embocó” varias veces a Dálmine y ahora, después del frustrado descenso de 2017, consiguió lo que ni en su mejor sueño, imaginó. Pero, trabajó silenciosamente, con la humildad de un grande, sin querer...