Creado a partir de desechos de la industria pesquera, el producto se puede aplicar sobre barbijos, máscaras y todo tipo de telas, aumentando hasta diez veces la protección. Gracias a la firma de contrato entre el CONICET y Laboratorios Elea Phoenix S.A, se empezará a producir y comercializar en el corto plazo.
La llegada de la pandemia, se sabe, resignificó...