“¡Qué agradable sería el mundo en el que no hubiera dominadores ni dominados, sino verdaderos poetas de corazón y en guardia permanente! No perdamos la misión de buscar y de rebuscar para conocerse y poder situarse en la belleza del fundamento”.
Por Víctor CORCOBA HERRERO - La serenidad nos llama a la puerta del corazón. Tenemos que aprender a no...