Por Víctor CORCOBA HERRERO - “Ojalá los adultos aprendiéramos a sentirnos mirados por los ojos de los niños, cuando menos para que nos tocara el corazón su caricia, y pudiéramos despertar a un propósito de rectificación, ante el diluvio de ineptitudes sembradas”. Dejemos que los niños puedan ser niños, y no salten etapas de la vida, de manera que...