Esta semana se conoció que la temperatura de la superficie del agua de la Costa Argentina registró la marca más elevada de los últimos ocho años y, además, medios locales y redes sociales han dado cuenta de la aparición del fenómeno de las tapiocas, al menos en playas de Mar del Plata y Necochea, donde turistas y surfers manifestaron tener lesiones.

Por Ana C. Roche, de la redacción de DIB

En una charla con DIB, el doctor en Ciencias Biológicas e investigador del Conicet Agustín Schiaritti, contó cómo se comportan estas medusas, que al ser imperceptibles al ojo humano, pueden generar reacciones cutáneas que las personas no pueden asociar a la picadura de una agua viva.

“Las tapiocas son unas medusas bastante chicas y bien transparentes, te entran en la yema de un dedo, y por eso no se ven a simple a vista. Si agarrás en un vaso una muestra de agua ahí si las vas a poder ver moviéndose, pero en el mar no se ven”, señaló el especialista.

“Tienen cuatro tentáculos, que usan para atrapar su alimento, que están cargados de unas células para inyectar el veneno cuando tocan a una presa, que por el tamaño que tiene la medusa, la presa es todavía más chiquita, por lo que el veneno es lo suficientemente tóxico para matar organismos de ese tamaño, porque si la presa no muriera, la sacudiría y la medusa se quedaría sin tentáculo y con la panza vacía”, graficó Schiaritti. .

“Este mismo veneno, cuando nos toca en las zonas de la piel más duras por ahí no lo sentimos, pero cuando nos toca las mucosidades, los ojos, las zonas más sensibles, adentro de la malla, las axilas, ahí sí pueden generar una urticaria y una reacción, que son lesiones, nunca de mucha gravedad, a menos que la persona tenga alguna alergia o una situación previa”, indicó.

Sobre la aparición de estas medusas en determinados momentos del verano, Schiaritti explicó que tiene que ver con un fenómeno natural, que este año además estuvo vinculado al evento climático de La Niña, que causó sequías, incendios y temperaturas altas.

“Son medusas que están todo el año, en invierno son menos abundantes y además la gente no se mete en el agua, por lo tanto no se las percibe, pero el aumento de la temperatura del agua en primavera y verano hace que aumente la cantidad de tapiocas que hay por una cuestión estacional, ya que aumenta la cantidad de alimento, entonces las medusas se reproducen más rápido”, explicó el biólogo. “Si bien este año la temperatura subió un poco más de lo normal, medusas hay siempre, grado más grado menos, y combinando corrientes, mareas y viento, el mar las junta a todas en la misma playa, por eso vamos a percibir que hay más”, indicó, y añadió: “Si porque sopla otro tipo de viento el mar las dispersa no se va a percibir el mismo número de medusas, se va a notar diferente”.

No obstante, Schiaritti precisó: “Evidentemente en estos casos que se han registrado en playas de Mar del Plata y Necochea, se ha dado la combinación de las dos cosas: una temperatura más elevada que los últimos veranos genera que las tapiocas se reproduzcan en grandes números, y sumado a eso, las combinaciones de vientos y mareas hicieron que en algunas zonas se concentraran, y que justo hubiera muchos turistas en esos lugares”.

El especialista recalcó que “es un fenómeno totalmente natural que este año ha sido más intenso” y remarcó que según su criterio nada tiene que ver con el calentamiento global o con los daños que los seres humanos le hacen al planeta.

Cómo tratar las lesiones

  • No aplicar agua dulce, ya que puede hacer que si quedó algún filamento siga largando la toxina;
  • No exponer al sol la zona afectada;
  • No rasparse la zona lesionada con arena o con toallas;
  • Aplicarse alguna compresa fría (no con agua dulce);
  • No es conveniente usar orina o vinagre, como se conoce popularmente, porque no calma la lesión;
  • Se puede usar alguna crema para quemaduras;
  • Si la molesta persiste al cabo de las horas, consultar al médico.