Sonó el celular en la redacción del diario, era Gustavo Puebla, con quién ya venimos haciendo algunas cosas solidarias juntos desde el Multimedios. Y nos dijo: “creo que hay que hacerle una nota a Tito… a mí, -dijo el profesor-, se me puso la piel de gallina y se me cayeron las lágrimas, cuando vi esto que hizo”. Y, nos mandó un video (el que al pie puede ver) y el contacto de un desconocido herrero, que tiene una mirada inclusiva y que en un rato (dos días), le regaló toda la felicidad a LISANDO y su familia, la que jamás se olvidará. Ahora, puede pasear con su papá, en el “Tráiler”, hecho con amor.
Este lunes, feriado, el programa Con Zeta lo puso en el aire de radio EL DEBATE (FM 89,3) y, conocimos a Ricardo Adrián “Tito” Bernabé, que vive de barrio Saavedra, tiene 40 años y un tallercito de herrería. Nos contó: “Me recibí en el Colegio Nacional (no pude ir al Industrial), con orientación de gestión en administración. Estoy separado y, mi familia se compone por mis dos hijos Laureano y Tomás”.
Explica, porque ahora vive de “los fierros”, cuando se preparó para los papeles “cuando yo estaba terminando el secundario (repetí en segundo año) y mi papá se entera que me había rateado un día… él trabajaba en un frigorífico y, me dijo que tenía que empezar a trabajar para pagarme el estudio y el boleto que él me daba para ir a la escuela…, empecé a trabajar limpiando un taller y después me fui a laburar a Campana y aprendí mucho (del oficio de herrero) con gente grande y buenos herreros… ahí empecé con el tema de la herrería, aunque también estuve trabajando mucho tiempo en el Puerto, porque entonces solo la herrería, no me daba para vivir”.
Luego nos describe como construyó la “alegría para Lisandro” de solo cinco años y, la de sus padres David y Patricia, (quienes también tienen otros dos hijos mayores). Habla con emoción de la iniciativa de fabricar cosas que tengan que ver con las personas discapacitadas. Primero cuenta que creó lo que llama el “Banco Inclusivo” porque, explica que se dio cuenta cuando “íbamos con mi papa en silla de ruedas al Hospital, el pasillo era muy chico, entonces la gente se quejaba porque no podía pasar… ahí se me ocurrió” (Ver foto). Ya en ese proyecto, entonces “esta familia, que tiene un hijo que anda en silla de ruedas, (padres de Lisandro), me acompañaron en el proyecto que se lo presentó al concejal Marcelo Torres”.
Construido el Banco Inclusivo, fue “Patricia que los quería donar a una escuela y después, me pidió que los pongamos en el Parque Urbano en la plaza inclusiva, pero nos agarró la cuarentena y todavía no pudimos instalarlo, y ahora es Patricia, la encargada de donarlo donde ella quiera”.
Luego llega el gran momento de hacer algo por Lisandro de solo cinco años, quién al nacer se asfixió con una vuelta de cordón umbilical y le quedó de por vida, inmovilidad en ambas piernas. Cuenta Tito que: “A Lisandro, lo conocí atreves de la familia y ahora ya es está grande tiene 5 años, y esta idea la hice siempre pensando en él, y como ahora hay permiso para que los padres saquen a sus hijos a pasear el fin de semana a unos 500 metro, yo le dije que le iba armar Un Tacho (así lo llama porque está hecho con un tacho o tambor de 200 litros) para poder salir como todos los chicos… aunque, yo no podía expresar en palabras lo que iba hacer, entonces dos días después, le dije vengan a buscar el Tambor Inclusivo y, vi que el nene no se quería bajar del tambor, de lo contento que estaba…” (se emociona).
Nos cuenta su sueño y como en 48 horas, logró construir la felicidad de toda una familia “Lo que pasa que no tenía los materiales suficientes entonces, quería hacer como la locomotora de un tren…, hacerle como una cabina donde se ponga y se saque como con un acrílico. Describe.
En total -agrega- me llevo dos días porque en realidad el tambor o tacho tiene 87 cm de lardo y la silla tiene 87 cm lo mismo que el tacho y por eso la silla no entraba entonces tuve que estirarla (ver foto) y puse una hoja de chapa digamos que al tacho lo prolongue y también abajo le hice unas caladuras para que calce la silla, y lo pintamos”.
La alegría que le dio a esa familia, es indescriptible. Pero, Tito Bernabé, el herrero de 40 años que se preparó para trabajar en una oficina, no se queda ahí. Inició una campaña de concientización en sus redes sociales porque su alma gime ya que “Lisandro no tiene obra social, bueno él esta así con parálisis, pero puede mover los brazos…” Ahora -termina- vamos por el tema de la obra social (a sus piernitas, le faltan las valvas ortopédicas, cuenta.) y entonces, yo quería ayudar, porque, aunque el papá de Lisandro, David tiene un trabajo en blanco, no lo tiene Obra Social porque lo rechazan… su mamá Patricia está dedicada al nene, y en la casa de Lisandro hay otros dos hermanos, una chica de 18 y otro varón de 10” terminó diciendo, el herrero que demuestra tener un gran sentimiento y que no tiene corazón de hierro.
Aunque Bernabé sepa muy bien trabajarlo, como lo demuestra en su herrería en barrio Saavedra, allá en lo de “Tito”, donde ese tipo en silencio suelda amor solidario e inclusivo, como se nota ocurre por donde pasa.
¿Lo ayudaremos entre todos?