Toyota asumió el desafío de alcanzar la neutralidad de carbono para 2050 en todo el ciclo de vida de sus vehículos, desde la fabricación hasta su disposición final. La compañía ha venido dando pasos muy importantes en ese sentido. Por ejemplo, en Argentina, la marca lidera el mercado de vehículos electrificados con el 80% de participación gracias a la penetración de los híbridos. En el plano productivo, desde 2020, la planta de Zárate funciona con energía eléctrica 100% renovable.
En este aspecto y con el foco puesto en la reducción de la huella ambiental, un grupo de ingenieros dela compañía comenzaron un proyecto de retrofit sobre la flota de los tractores de arrastre, que son utilizados para el transporte de partes y residuos dentro de la planta de Zárate. ¿Qué es el retrofit y en qué consiste? Se trata de una forma de modernizar un vehículo usado, generalmente con varios años de antigüedad y destinado a disposición final. En el proyecto de Toyota, se substituyó el motor de combustión interna por otro 100% eléctrico con todos los elementos adicionales que se necesitan. Además, se eliminaron el tubo de escape y el depósito de combustible. En su lugar se añadió el cableado, el motor eléctrico y se aseguró que el chasis soporte el peso extra que conlleva la nueva mecánica.
“El proyecto surgió por la necesidad de reemplazar los tractores de arrastre que utilizamos para dar soporte en la producción. Junto a nuestros equipos de ingenieros vimos una oportunidad: reacondicionar nuestros vehículos y convertirlos en 100% eléctricos. Es así como encontramos una solución sustentable tanto desde lo económico como desde lo ambiental e íntegramente pensada y desarrollada desde Argentina”, dijo Daniel Valeggia, director de Planta de Toyota Argentina.
La iniciativa busca alcanzar la conversión eléctrica de todos los tractores de arrastre que hoy circulan en la empresa. En materia ambiental, las ventajas del proyecto son múltiples: promueve el reúso y el reciclado y reduce la contaminación sonora.