Allí se conservan tesoros como un poncho de San Martín, el escritorio de Mariano Moreno y hasta el Papamóvil que usó Juan Pablo II en su visita a la Argentina.
Ubicado a pocos metros de la Basílica y creado en 1923, el Museo Udaondo, tal como se lo conoce, está compuesto por cuatro grandes áreas patrimoniales de una hectárea cada una. Después de un año cerrada, este 25 reabre al público la más transitada de ellas: el área I, formada por el Museo Colonial e Histórico, el Cabildo y la Casa del Virrey -ambos patrimonio histórico nacional-, 4 patios y jardines y 14 salas que exhibirán parte de las 90 mil piezas del acervo histórico del establecimiento, uno de los más importantes del país a nivel patrimonial, junto con el Museo Histórico Nacional en Parque Lezama.
Se espera que la totalidad de los salones esté lista para octubre. Hasta el momento, hay 11 espacios recuperados, de los cuales cinco ya exhiben reliquias para los visitantes.
Con seis inundaciones y 25 años de desidia y falta de mantenimiento, los salones abiertos al público lucían deteriorados, sucios, despintados y con olor a humedad, mientras que otros permanecían directamente cerrados con tejas, techos rotos y una variada flora creciendo en su interior.
De los espacios que quedan por recuperar, el más emblemático y, sobre todo, el más querido por los lujanenses es el Pabellón Balcarce, cerrado desde hace 15 años. Según prometen, desde octubre se podrá contar nuevamente con un espacio que en su época de esplendor fue lugar de festejo de casamientos, cumpleaños y eventos de los vecinos de esa ciudad.
El museo (ubicado en Lezica y Torrezuri 917) se puede visitar de miércoles a domingos, de 12 a 18hs.
Reabre este sábado. Entrada: $75.
Fuente: Clarín