La mañana de este domingo participaron de las primeras funciones distendidas que Disney y una gran cadena de cines ofrecieron en en el AMBA para niñas y niños esta y otras  otras neurodivergencias, quienes pudieron ver “La Sirenita” sin tener que soportar estímulos sensoriales que los dañen. 

Foto: Lara Sartor

Más de 600 personas disfrutaron esta mañana de las tres primeras funciones distendidas que Disney y una gran cadena de cines ofrecieron en tres de sus salas del AMBA para niñas y niños con TEA y otras neurodivergencias, quienes pudieron ver “La Sirenita” sin tener que soportar estímulos sensoriales que los dañen, ni chistidos o miradas de desaprobación de sus vecinos de butaca por expresar sus emociones.

“¡No se mueve!”, le dice, preocupada, Guadalupe (10) a su mamá señalándole el enorme reloj de manecillas que ocupa gran parte de la pantalla desde media hora antes de comenzar la película para marcar gráficamente cuánto falta y ayudar a manejar la ansiedad.

“¡Ya va a empezar, ya va a empezar!”, rectifica, al ratito, al darse cuenta de que la porción pintada del cronómetro se va reduciendo, señal de que el tiempo de espera también se va achicando.

Guada es una de las 175 personas que este domingo se levantó más temprano y le hizo frente al frío para asistir a la función distendida de “La Sirenita” que Disney y Cinemark Hoyts ofrecieron en la sucursal Alto Palermo de esta cadena de cines, en lo que constituye la primera experiencia de una proyección especialmente adaptada para personas neurodivergentes que se produce en una gran sala, dentro de un shopping.

Pero fueron muchos más los niños, niñas y adolescentes que a la misma hora se predisponían a vivir una aventura similar en los Cinemark Alto Avellaneda (Avellaneda) y Soleil Premium Outlet (San Isidro) de la mano de Ariel encarnada por la actriz y cantante afroamericana Halle Bailey.

Foto: Lara Sartor

Hasta ahora, sólo habían ofrecido funciones de cine distendido centros culturales y cines de ciudades chicas por iniciativa estatal o de organizaciones de la sociedad civil, pero no había antecedentes en grandes cadenas comerciales y menos aún en alianza con una de las grandes compañías de la industria cinematográfica.

“Uno viene más tranquilo y ellos son más libres. Es una hermosa experiencia que debería hacerse siempre porque cada vez hay más chicos con autismo y me extraña que, tratándose una ciudad como la de Buenos Aires, la oferta sea tan acotada”, dijo a Télam Agustín Fontana mientras vigilaba a su hijo Lisandro de 5 años que tiene un trastorno del espectro autista (TEA) y había tenido oportunidad de ir a una función de cine distendido en Chivilcoy.

Para los hijos de las amigas Stefy y Mónica –Cristian (10) y Thiago (7)- es su primera vez en el cine y disfrutan de la salida ya desde el momento en que se encontraron porque siempre es buen plan pasar tiempo juntos. Los abrazos y besos que se dan todo el tiempo no dejan dudas de eso.

“¡Y después dicen que los chicos con autismo son antisociales! ¡Los antisociales somos muchos de nosotros, que le cerramos la puerta en la cara a alguien cuando no lo conocemos!”, dice una alegre y entusiasta Mónica a Télam.

Para Stefy, poder compartir con otra mamá la experiencia y que sus hijos se ayuden a regularse mutuamente, es fundamental.

“Yo no me animo a venir sola con mi hijo si no tengo alguien me acompañe porque me cuesta todavía manejar algunas situaciones y él con un amigo se siente más contenido”, contó a Télam.

Durante la función, algunos niños miran la película mientras los acunan sus padres de pie, otros se hamacan en sus asientos, otros se sientan en el pasillo o en las escaleras, y algunos permanecen de pie junto a sus asientos, atrapados por lo que ocurre en la pantalla

Unos pocos lloran o gritan, y sus padres tienen la opción de retirarse con ellos un rato en el área de regulación, donde los esperan mullidos sillones y algunos juguetes, para restablecer la calma y volver a entrar o regresar a casa tranquilos.

“No nos perdemos nada que nos guste, pero acá nos sentimos más cómodos ellos exteriorizan sus emociones con más fuerza y, cuando se ríen, se ríen, por ejemplo. Si vamos a un cine común, entramos un minuto antes de que empiece la película, porque las publicidades y tráilers suelen tener un volumen aún más fuerte que el de la película”, contó Carolina, madre de Guada (10) y Antonio (12), ambos con TEA.

Los espectáculos de cine, teatro o shows en vivo “distendidos”, se caracterizan por incorporar adaptaciones cognitivas –para hacerlos más comprensibles- y estímulos sensoriales reducidos –para evitar la desregulación-, de modo de hacerlos accesibles para personas neurodivergentes.

En el caso del cine, estas funciones se caracterizan por efectos de luz y sonidos suavizados; libertad de movimiento en la sala ocupada sólo al 70%; disponibilidad de espacios contiguos destinados a favorecer el restablecimiento del equilibrio en caso de crisis; staff especialmente capacitado; señalizaciones de pictogramas para identificar lugares o secuencias de acciones esperadas; puertas abiertas y permiso para entrar y salir las veces que sean necesarias o para ingresar con dispositivos de regulación sensorial (como auriculares bloqueadores y anteojos de sol); entre otras cosas.

Foto: Lara Sartor

En diálogo con esta agencia, la vicepresidenta de Responsabilidad Social Corporativa, Gestión de Marca y Diversidad, Equidad e Inclusión de Disney para la región, Belén Urbaneja, explicó que si bien habían realizado algunas pruebas piloto con invitados, “son las primeras (entradas) que ponemos a la venta” para una función de cine distendido, y “entiendo que es una de las primeras experiencias” en una cadena de cine comercial a nivel país en la que, además, “estamos probando recursos que hemos desarrollado para que sean de uso gratuito y libre para la industria para que esto empiece a replicarse”.

Esta iniciativa conjunta de Disney y Cinemark-Hoyts cuenta con el asesoramiento de la ONG Salidas Inclusivas, y de especialistas en materia de inclusión social y cultural de personas neurodivergentes, convivencia y accesibilidad.

“Para nosotros lo ideal sería que todos los cines de Argentina, de Latinoamérica y del mundo, tengan funciones distendidas de absolutamente todas sus películas, es decir, que sea una opción más de la cartelera siempre disponible porque realmente es necesario, porque no hay nada más lindo que puedas llevar a tus hijos al cine o a un espectáculo que lo puedan disfrutar”, dijo Gabriela Leoni Olivera, psicóloga especializada y cofundadora de Salidas Inclusivas.

La especialista explicó que el concepto de “neurodivergencia” se inscribe en el paradigma de la “neurodiversidad” según el cual “todas las personas procesamos la información de un modo diferente, ya sea información sensorial o cognitiva”, pero entre un 10 y un 20% “lo hace de un modo todavía más diferente que el resto de la gente” y se las denomina “neurodivergentes” o “neuroatípicas” por oposición a las “neurotípicas”.

Entre las neurodivergencias más comunes se encuentran los TEA, dislexia, trastorno de déficit de atención con o sin hiperactividad (TDA-H), déficit en el procesamiento de información, síndrome de Tourette, entre otros.

“En estas funciones no hay ninguna restricción para personas que no sean neurodivergentes: de hecho, hay gente que simplemente quiere poder ir a una función donde su hijo o hija neurotípico se pueda levantar, moverse por la sala y hacer ruido, algo que vos sabes que en una sala de cine común no es bien recibido”, explicó Urbajena.

Y si bien aún no se sabe cuándo será la próxima, en Disney “definitivamente queremos que (estas funciones) se produzcan con asiduidad”, lo que depende de que “podamos construir el hábito”, pero también de “convencer a nuestros socios exhibidores de cine” en todo el país.

POR MARÍA ALICIA ALVADO (Télam)