UN ENGAÑA PICHANGA

eduardo-rivasPor Eduardo Rivas* – Esta es la historia de cómo una buena idea puede tener una muy mala implementación, cuando se ejecuta sin pensar en sus posibles implicancias y no es más que un atajo para salir del paso pero no una propuesta trabajada y meditada.

Cuando unas semanas atrás los vecinos de Lima se movilizaron al Municipio a exponer su desencanto con la gestión municipal, y el olvido en el que se encontraban sumidos, una de las propuestas que el Intendente sacó de una galera que viene escasa de ideas fue la de proponer la elección directa del Delegado Municipal. Algo que se da de bruces con la ley, pero normal para quien nos tiene acostumbrado a incumplir las leyes con la anuencia del Concejo Deliberante, cuya primera razón de ser es precisamente como control del Departamento Ejecutivo.

Tras haberlo propuesto y prometido en varias oportunidades, fundamentalmente en tiempos de campañas electorales, y no haberlo llevado a cabo (porque sabe que es ilegal), el Intendente Cáffaro reconoció tras la firma de un acta compromiso, del que no se conoce el texto sino tan solo trascendidos periodísticos que nadie ha desmentido. Según afirma Norberto Carballo, uno de los portavoces de la ‘Asamblea Unidos por Lima’ ‘que no estaban trabajando bien en nuestro pueblo’ y según el propio Carballo, entre otras cosas el Intendente se comprometió con ‘la renuncia de todos los funcionarios municipales con cargo político de la delegación y el reconocimiento de la permanente participación de delegados barriales en la dirección de la delegación municipal y facultarlos para que ellos mismos elijan un delegado limeño con consenso de la población’, y allí está el meollo de la cuestión que queremos abordar en esta columna.

Solamente quienes no crean en la democracia y se crean por encima de la población pueden oponerse a la participación popular para la búsqueda de consensos que posibiliten la resolución de problemas comunes, pero ello no implica que cualquier forma de participación popular sirva para resolver toda situación que se plantee. Es preciso hacer notar que la participación popular se incentiva y mucho con un Gobierno Abierto, que pone a disposición de la población la información pública municipal, pero la realidad de Zárate es que ni siquiera los concejales pueden acceder a la información, según se justifican sin realizar acción alguna para corregir la situación.

El Presupuesto Participativo, pese a las notorias limitantes que tiene en el Distrito, es una buena herramienta para fomentar la participación de la ciudadanía y el compromiso de ésta detrás de proyectos comunes que buscan dar respuestas a situaciones concretas que aquejan el día a día de los vecinos. La democracia participativa también lo es, pero ésta debe ceñirse a la toma de posición sobre temas concretos y con respuestas acotadas.

Argentina resolvió adoptar para sí un sistema de gobierno representativo, y por más que nos guste para determinadas situaciones, no hay lugar para la participación directa. Tal como lo señala la Constitución Nacional, ‘el pueblo no delibera ni gobierna sino por medio de sus representantes’.

El Intendente dice haberse puesto a trabajar en línea con lo acordado con los vecinos, buscando coordinar con los concejales la forma en la que se procedería a la elección del Delegado Municipal. Tras varias reuniones los Concejales comenzaron a tomar posiciones. Todas falacias, porque todos ellos saben que no se podrá llevar a cabo hasta que haya una reforma de la Ley Orgánica de las Municipalidades, es decir actúan para la tribuna. Ana Laura Alleman sostuvo que ‘Encontraremos el mejor método para cumplir con esta deuda histórica con Lima, para que puedan elegir su propio Delegado’, y se ve que es un método complejo, porque llevan más de una década de gobierno y aún no lo encontraron. Pero no es solamente el oficialismo quien se sumó a la propuesta, también la oposición, y así lo manifestó el concejal Lucas Castiglioni, quien agregándole complejidad a la cuestión sostuvo que ‘Hay que entender también que el Delegado tiene carácter de Subsecretario que dependerá de Servicios Públicos, por eso hay que analizar si va a ser sólo el Delegado o también su equipo de trabajo, entre otras cuestiones’. Incluso el Presidente del Cuerpo, Ariel Ríos, afirmó que ‘es un tema muy importante para nosotros, y será un evento político único: la idea es que los propios limeños puedan elegir a través de una consulta popular al Delegado’.

Pero surgen una serie de dudas que, al parecer por la información con que se cuenta, muy escasa por cierto, no estarían teniendo en cuenta los involucrados.

La Ley Orgánica de Municipalidades en su artículo ciento ochenta y uno, punto segundo, inciso b), establece taxativamente que “la designación de los Delegados Municipales deberá ser ejercida por una resolución dictada por el Sr. Intendente Municipal y refrendada por el Secretario o los Secretarios del Departamento Ejecutivo”. Si bien hay Distritos que ‘prevén’ la elección directa de los Delegados Municipales, en realidad no es más que un juego de palabras, por lo que la elección no sería más que un ‘consejo’ de los vecinos al Intendente, que él puede seguir… o no, como tantos otros.

Pero no queda en claro su funcionalidad, puesto que, por ejemplo, teniendo en cuenta que la finalidad del Delegado es que el Intendente pueda estar en aquellas localidades del Partido que por su importancia requieren un representante del Departamento Ejecutivo, y dado que el Intendente no puede estar en todas partes (incluso hay quienes no están en ninguna), el Delegado Municipal es Delegado del Intendente. En caso de la elección de éste por parte de los vecinos, ¿qué intereses representará en caso de una contradicción entre lo que quieren los ciudadanos y su Intendente?

¿Qué pasaría si quien resulta ganador de la consulta no vinculante, que es la herramienta que al parecer se utilizaría en nuestro Distrito, no es del agrado del Intendente Municipal o contrario a su ideario? ¿Lo designaría igual? ¿Cómo podría ser su Delegado si no comparte su política y sus políticas? ¿No lo designa y nombra a otro? ¿Cuál sería el respaldo político de quien fuera nombrado si se lo hace contra la intención y el interés de los ciudadanos que votaron?

Pero no sólo eso, hay otras incógnitas que surgen. ¿Quiénes deberían votar en esa consulta? ¿Sólo quienes habitan el espacio bajo la jurisdicción del Delegado Municipal o todos los ciudadanos del Distrito, en tanto el Delegado lo es del Intendente de todos los ciudadanos y que su función se financiará con el dinero de todos los ciudadanos del Distrito? ¿Con padrones propios o los suministrados por la Justicia Electoral con todos los errores denunciados y admitidos sin corregir por falta de voluntad política? ¿Sólo el Delegado Municipal de Lima o también el Delegado Municipal de Escalada? Y si hablamos de Delegados Municipales, y considerando la particularidad del sector de Islas, ¿no sería oportuno que tuvieran su propio Delegado Municipal?

En definitiva, parece ser una puesta en escena para intentar salir indemne de una difícil situación donde los vecinos cuestionaban fuertemente el accionar del Intendente Cáffaro, pero no parece haber detrás de la propuesta un análisis contundente sobre las implicancias de avanzar en ese sentido, es decir, una vez más, hacer que se hace algo para que no que en evidencia que no se hace nada.

Como se dice normalmente, un engaña pichanga.

* Licenciado en Ciencia Política | [email protected] | @eduardorivas07