Para que no se pierdan más bosques nativos se necesita que para el 2050 haya 250 millones de hectáreas de plantaciones forestales. Esto implica plantar globalmente siete millones por año.
La madera es uno de los productos estrella para el desarrollo sostenible. Es un producto renovable, reciclable y carbono neutro o positivo. En un mundo que tiene el desafío de absorber el crecimiento de la población, la inclusión en el bienestar de millones de pobres y en un contexto de recursos escasos y cambio climático, las opciones de productos amigables con un desarrollo sostenible son pocas. La madera es una de ellas.
¿De dónde obtener maderas de forma sostenible?
Tradicionalmente, han sido los bosques naturales los proveedores de madera. Estos bosques tienen valores en biodiversidad, conservación de suelo, cursos de agua, etc. que pueden superar el valor de la madera que proveen y ya se han perdido millones de hectáreas de bosques por el reemplazo con agricultura y ganadería. Por ello, desde diversas organizaciones ambientales apoyan las plantaciones forestales gestionadas sosteniblemente como la opción para proveer madera quitando presión a los bosques nativos, al menos, en la parte maderable.
Argentina tiene alto potencial de crecer en forestaciones de alta productividad. Actualmente, cuenta con un patrimonio de 1,3 millones de ha. de plantaciones forestales, principalmente de pino, eucalipto y salicáceas. Cerca del 40% de estas plantaciones se encuentran certificadas por sellos de gestión sostenibles. Estas proveen materia prima al 95% de las industrias de base forestal del país, que incluyen alrededor de 2.700 pequeñas y medianas empresas.
Desde el Gobierno han presentado como objetivos en la mesa de Cambio Climático llegar a 2 millones de ha de plantaciones forestales para el año 2030. Lograrlo implica un desafío de políticas, luego de años de mucha ambivalencia.
Por otro lado, el sector ofrece una amplia gama de posibilidades de inversión, dado tanto las expectativas de crecimiento de la demanda interna como global.
Fuente: Proyecto Geo