Una nueva teoría explica cómo Venus pasó de ser un planeta habitable a convertirse en un infierno

Con temperaturas de cientos de grados, presión atmosférica 93 veces superior a la terrestre y atmósfera tóxica con nubes de ácido sulfúrico, Venus es la viva imagen del infierno. Sin embargo, los científicos sospechan que no siempre fue así, y ahora han encontrado una posible razón: el mar.

Hace millones de años Venus era muy diferente a como lo conocemos hoy. Los análisis geológicos indican que el planeta pudo tener océanos de agua, una atmósfera más liviana y menos agresiva, y quizá hasta pudo albergar vida, pero algo fue terriblemente mal.


Ese algo tiene que ver con la rotación del planeta: Venus gira sobre sí mismo de una manera completamente anómala. Se cree que ese lento ritmo de rotación es el responsable de la extremadamente densa atmósfera del planeta. El efecto invernadero que provoca esa atmósfera rica en dióxido de carbono hace que la temperatura media sobre la superficie del planeta sea de 462 grados Celsius, suficiente como para fundir metales.


Los investigadores calcularon la fuerza ejercida por los océanos de Venus y su índice de disipación a medida que el planeta iba frenándose cada vez más. El resultado de sus simulaciones estima que el planeta frenó su rotación a un índice de 72 días cada millón de años. Ese ritmo es suficiente como para que, en un plazo relativamente corto en términos astronómicos (entre 10 y 590 millones de años) el planeta frene su rotación hasta el punto de revertirla.

Fuente: Gizmodo