En todo el Bosque Atlántico se estima que habita una población no mayor a 300 yaguaretés, menos del 1% de la población que pudo haber existido en la región antes de la llegada de los europeos. Conscientes de las realidades de cada país, los esfuerzos buscan mantener y aumentar la población de yaguaretés.
En la víspera del Día Internacional del Yaguareté – 29 de noviembre – Argentina, Brasil y Paraguay anuncian un compromiso trinacional por la conservación del felino más grande del continente americano y embajador de los pueblos que habitaron y habitan el Bosque Atlántico. Conscientes de las realidades de cada país, la iniciativa “Unidos por el yaguareté” focalizará esfuerzos para mantener y aumentar la población de yaguaretés en la Selva Misionera (Argentina) y la Mata Atlántica (Brasil), así como generar las condiciones necesarias para que el tigre americano siga recorriendo el Bosque Atlántico en Paraguay.
“Aún hoy, en comunidades rurales y originarias, evitan nombrarlo por temor a que aparezca. Aunque lamentablemente la alteración de su hábitat nos hace temer que no vuelva a aparecer en muchos lugares que fueron su hábitat. En medio de la pandemia por el coronavirus, es importante continuar remarcando la estrecha conexión entre nuestra salud y la de la naturaleza. Por eso, si la alteración del territorio del yaguareté lo afecta, también nos afecta a nosotros los seres humanos. Ello se debe a que la especie es “indicadora” de la salud del ambiente, porque juega un papel importante en el mantenimiento de sistemas naturales que proveen de servicios ecosistémicos vitales para el bienestar de la naturaleza y las personas”, detalló Manuel Jaramillo, Director General de Fundación Vida Silvestre.
“Los resultados obtenidos en los últimos años son alentadores y demuestran que los esfuerzos de conservación están surtiendo efecto. La población de yaguaretés en el Parque Nacional do Iguaçú de Brasil, por ejemplo, es la única en el Bosque Atlántico, que evidentemente está en una curva creciente”, comenta Felipe Feliciani, analista de conservación en WWF-Brasil.
Por su parte, Lucy Aquino, Directora de WWF en Paraguay resaltó que “este majestuoso felino, con su energía y colorido, es un emblema de América Latina. No podemos dejar que desaparezca, pero para poder conservarla y recuperar sus poblaciones, se requiere mucho más que del esfuerzo de las organizaciones ambientalistas, sino también de una voluntad política sin precedentes, una demanda de la sociedad civil, de las comunidades, y el compromiso concreto de la producción y mercados de los commodities”.
La estrategia trinacional para conservar de la especie incluye un amplio abanico de actividades que buscan impactar sobre las presas del yaguareté, esencial para su supervivencia, por ende, aborda la problemática de la caza furtiva y las prácticas insostenibles en la producción ganadera, que son dos de las amenazas más importantes para la especie en la región. Para ello, la estrategia se lleva a cabo en los siguientes frentes:
- Conciencia y participación social: posicionar a la sociedad contra la cultura de la caza y el comercio ilegal de vida silvestre;
- Promover la aplicación de la ley y fortalecimiento de las áreas silvestres protegidas públicas y privadas;
- Reducir el conflicto entre los productores rurales y la fauna silvestre, proponiendo alternativas que valoren la vida silvestre;
- Asegurar el hábitat para el futuro del yaguareté, tanto las selvas que están protegidas por ley, como los bosques que no lo están. Estos últimos deben mantenerse para que sirvan de corredores ecológicos para la especie.
- Apoyar la generación constante de conocimiento científico sobre la especie y el ecosistema donde vive, lo que permite tomar buenas decisiones para su conservación.
La importancia del felino más grande de América en el ecosistema
Por su amplia distribución geográfica histórica se lo llama de diversas formas según la cultura y la región donde habita y habitó: yaguareté, jaguareté, onça pintada, tigre americano o jaguar– Panthera onca-, entre otros. Es el felino más grande del continente americano y el tercero a nivel mundial, después del tigre de bengala y el león.
Es considerado una especie “indicadora” de la salud del ambiente, porque juega un papel importante en el mantenimiento de sistemas naturales que proveen de servicios ecosistémicos vitales para el bienestar de la naturaleza y las personas. Como predador, se encuentra en la cima de la pirámide alimenticia y requiere grandes extensiones de territorio para vivir. Es una especie muy sensible a las alteraciones del ecosistema, e incluso llega a ser el primero en desaparecer cuando el hábitat se deteriora. A su vez, el yaguareté cumple un rol esencial controlando las poblaciones de las demás especies de animales y plantas, manteniendo el equilibrio en el ecosistema. Por ello, si el yaguareté se encuentra en peligro de desaparecer, representa un indicador de que todo su entorno está en riesgo.
El yaguareté enfrenta las siguientes amenazas:
- Pérdida y alteración del hábitat debido a la deforestación, por la expansión agropecuaria y la construcción de infraestructura.
- Atropellamientos de la especie y sus presas por la fragmentación de su hábitat por rutas y caminos.
- Disminución de sus presas.
- Cacería proactiva de la especie y de sus presas para trofeo de caza o en represalia por ataques al ganado.
¿Qué es el Bosque Atlántico?
El Complejo Ecorregional Bosque Atlántico, que originalmente cubría 1.345.300 km2, en los últimos 40 años, fue reducido significativamente, quedando sólo el 16,8% de los bosques originales. Está compuesta por 15 ecorregiones que une a tres países, 148 millones de personas e incluye los bosques más diversos y ricos del Planeta.
Posee, no sólo una extraordinaria diversidad de especies, sino también un número excepcionalmente elevado de especies endémicas (especies que dependen exclusivamente de sus ecosistemas). La supervivencia del 7% de las especies de plantas de todo el Planeta y el 5% de las especies de vertebrados dependen del Bosque Atlántico. Sus bosques son tan ricos que en una sola hectárea pueden estar presentes más de 440 especies de árboles. Se estima que entre 3 y 12 millones de especies de bacterias desconocidas para la ciencia viven en los árboles del Bosque Atlántico.
En todo el Bosque Atlántico se estima que habita una población no mayor a 300 yaguaretés, menos del 1% de la población que pudo haber existido en la región antes de la llegada de los europeos. La especie se encuentra actualmente en menos del 4% de la región, en 13 fragmentos aislados. En la mayoría de las áreas donde persiste, sus densidades poblacionales son muy bajas y la extinción local podría ser inminente.