Te contamos la historia casi desconocida de un zarateño vinculado fuertemente a la fe: su vocación por San Cayetano y la ermita en calle Anta lo identifican como tal. Pero en lo privado tiene otro templo al que le rinde su tiempo y pasión: su propio museo de juguetes y antigüedades.
Toda una historia de vida la de Vicente, quien con mucho empeño y emoción, armó su propio museo personal que hoy nos muestra, mirá las fotos en nuestra web: www.eldebate.com.ar
Vicente Alberto Tedesco, de 73 años, acompañado por millones de recuerdos, preparó un museo donde exhibe muchísimas cosas de diferentes momentos de su vida, tales como autos de colección, fotos, muñecas, tocadiscos, entre muchas otras. Multimedios EL DEBATE no quería perderse algo tan importante y entrevistó a Tedesco, quien nos dio una nota muy significativa y llena de nostalgia.
“Hace muchos años vengo juntando cosas de familiares y parientes para poder tener, más que el hecho del museo, el recuerdo de ellas. Me regalaron radios, dos vitrolas, tocadiscos, wincos, teléfonos, la máquina de coser de mi mamá, los faroles del ferrocarril y calentadores a bomba para metales”, dispara.
“Hay personas a las que les gusta muchísimo lo que hay, y otras preguntan para qué tengo tanto: la respuesta es que me gusta y lo cuido como oro. Con Alicia, mi señora, nos pasamos casi un día y medio limpiando todo para conservar las cosas. Cuando trabajaba en la Municipalidad, me dieron la bandera ceremonial del Concejo; puse una ermita que no es mía pero la gente la cuida como si lo fuera. Tengo también planchas que se usaban antes, mantengo todo hasta que uno esté en esta vida”, expresó Vicente.
¿Este espacio está abierto al público?: “Esto es completamente mío: hay algunas personas que, como dije, no saben apreciar y no les llama la atención. Las cosas antiguas que tengo acá son de mucho valor, hasta hay juguetes de mi hijo cuando era chico. Yo iba juntando de a poco y manteniendo, y en un momento ubiqué todo en un mismo lugar sin decirle nada a nadie. Cada cosa tiene su historia, capaz que a alguno le gusta por su antigüedad, pero voy más allá. Son aportes invaluables, todo tiene su propio significado”.
