Entre las nuevas tecnologías y el cuidado del ambiente, los productores continúan siendo el motor del desarrollo de nuestro país.
Desde 1944, el gobierno argentino instituyó el 8 de septiembre como el Día de la Agricultura y del Productor Agropecuario. La fecha recuerda la fundación de la primera colonia agrícola, en Esperanza (Provincia de Santa Fe), y reconoce el esfuerzo y la contribución de los productores al progreso de la nación.
A 76 años de esa primera celebración, las cifras continúan reflejando la importancia del sector para Argentina. Según datos del INDEC, el 31,3% de las exportaciones de julio 2020 corresponden a productos primarios, siendo los productos del reino vegetal la mayor fuente de ingresos de divisas al país, por un total de US$ 1.457 millones de dólares. Esta situación se mantuvo constante en los primeros siete meses del año, lo que muestra que en plena pandemia el campo continuó encabezando la exportación, no solo de los primarios sino también de las manufacturas de origen agropecuario, que en julio representaron el 41%, sumando entre ambos más del 72% del total.
Hoy, las nuevas generaciones se apoyan en la innovación tecnológica para sostener este crecimiento, con la mirada puesta en generar sistemas productivos sustentables. “La búsqueda de la disminución del impacto ambiental se encuentra cada vez más presente, impulsada por los técnicos, pero sobre todo por los productores”, afirma la Ing. Agr. Estefanía Reati, gerenta técnica y cofundadora de Síntesis Biológica, empresa dedicada al desarrollo y producción de bioinsumos agrícolas.
La ingeniera participó como disertante en el último Congreso de Aapresid, que bajo el lema “Siempre vivo, siempre verde”, puso el foco en cuestiones como la agricultura circular, el cuidado del suelo y los desafíos que plantea el cambio climático. “Hay una transformación global, que implica el cuidado de la tierra, ese recurso estratégico sin el cual no podemos producir, y también la forma en cómo sembramos, la semilla y todo aquello que nosotros incorporamos como insumos para lograr una producción sustentable”, explica Reati.
Y agrega: “Buenas prácticas como evitar la erosión hídrica y la contaminación, rotar los cultivos, mantener la materia orgánica del suelo, todos sus microorganismos, contribuyen para tener suelos sanos y fértiles, con un buen potencial de producción”.
Para finalizar la Cofundadora de Síntesis Biológica señala: “Hay un cambio de generación, que tiene un mayor acceso a la información, con herramientas tecnológicas que facilitan los procesos, con productores que tienen en cuenta las demandas de consumidores más conscientes y que a su vez requieren soluciones que favorezcan una agricultura sustentable, viable y económicamente sostenible”.