Se trata de Wimumo. Las señales luego se digitalizan y procesan para generar sonidos o imágenes que pueden ser empleadas en aplicaciones con fines artísticos, para divulgación, videojuegos y en el campo de la salud. Fue desarrollada por científicos de la UNLP y el Conicet.
Por Jorge Mauco (Télam)
Investigadores platenses desarrollaron un dispositivo inalámbrico capaz de medir las señales eléctricas de los músculos del cuerpo de forma no invasiva, las que luego se digitalizan y procesan para generar sonidos o imágenes que pueden ser empleadas en aplicaciones con fines artísticos, para divulgación, videojuegos y en el campo de la salud.
Se trata de Wimumo, que nació en el 2018 con fines artísticos aunque ahora sus creadores exploran la posibilidad que sea utilizado como una herramienta más en el campo de la salud.
Federico Guerrero, doctor en Ingeniería Electrónica e investigador del Conicet, explicó a Télam que el dispositivo “es un equipo portátil, del tamaño de un walkman, que opera con baterías y posee cuatro electrodos que se conectan en el cuerpo, sobre la superficie de la piel y cerca del músculo que se quiera registrar la señal”.
Puntualizó que la señal electro-fisiológica o biopotencial más conocida “se ve en el electrocardiograma (ECG) que casi todas las personas se han hecho alguna vez, pero pueden medirse otras como las provenientes de los músculos, llamado electromiograma o EMG”.
“Es un equipo portátil, del tamaño de un walkman, que opera con baterías y posee cuatro electrodos que se conectan en el cuerpo, sobre la superficie de la piel y cerca del músculo que se quiera registrar la señal”
Federico Guerrero
“Wimumo mide estas señales, las transmite en forma inalámbrica a través de la red WiFi y las aprovecha para producir música, participar en juegos o crear contenido multimedia. Técnicamente la llamamos Plataforma de Adquisición Multi Modal, y de ahí su nombre (en inglés WIreless MUlti MOdal aqcuisition platform)”, consignó.
El dispositivo no está pensado sólo para ser usado por los ingenieros que lo desarrollaron, sino que uno de sus objetivos es proveer el acceso simple, amigable y masivo a las señales producidas en el cuerpo humano.
“Un usuario que tenga cero conocimiento técnico y que sólo navega por internet lo puede tener y colocarse los electrodos en el cuerpo para ver en una página web las señales eléctricas de su cuerpo y utilizar algunas aplicaciones como puede ser un juego o generar música a partir del movimiento”, graficó Guerrero.
Ejemplificó que “podría ponerse un electrodo en el pecho y ver la señal de su corazón como un electrocardiograma o abrir otra aplicación y ver como esos latidos del corazón generan tonos musicales”.
“Si se lo coloca en el bíceps va a poder ver que al flexionar el brazo se produce la actividad eléctrica y podría controlar el personaje de un juego que sube o baja a partir de un mayor o menor esfuerzo”, detalló en una entrevista con Télam.
Guerrero, que integra el Grupo de Instrumentación Biomédica, Industrial y Científica del Instituto de Investigaciones en Electrónica, Control y Procesamiento de Señales (LEICI) que conforman la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata, la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC) y el CONICET, detalló que el primer prototipo “se desarrolló en el 2018 cuando Alejandra Ceriani, performer y docente de la Universidad, les propuso hacer una obra donde se pudieran medir señales del cuerpo”.
A partir de allí, un equipo que integran también Rocío Madou, Valentín Catacora, Matías Oliva, Marcelo Haberman, Pablo García, Alejandro Veiga y Enrique Spinelli se dedicaron al desarrollo del nuevo prototipo que tendrá la particularidad de que no necesitará de la supervisión de sus creadores.
Si bien el dispositivo fue diseñado sólo para fines de entretenimiento, también podría utilizarse en el campo de la salud como complemento de un tratamiento de rehabilitación.
Guerrero aclaró que “no está pensado para que cumpla con las normas médicas como un electrocardiógrafo o como una herramienta de análisis clínicos, pero sí podría utilizarse en una terapia de rehabilitación”.
En ese aspecto consignó que a través de la actividad eléctrica del músculo “el profesional podría saber si un determinado ejercicio hace que el músculo actúe correctamente o en los casos de ejercicios repetitivos que se tornan aburridos, conectarle el equipo para activar un juego o que se entretenga haciendo música”.
“Es como si le dijera mové el brazo para llegar a un determinado nivel de audio o de un color que se ve en la pantalla. Es lo que se denomina biofeedback, es decir una retroalimentación de lo que estás haciendo con tu cuerpo y que en caso de no tener el equipo no se puede ver”, concluyó.