Entre 1974 y 2022 la economía se expandió al 1,7% anual y la población creció al 1,2%. Según el IERAL, si se hubiera mantenido la tasa de crecimiento anterior del 4% anual Argentina tendría hoy una economía tres veces mas grande.

La Argentina perdió en los últimos 50 años el equivalente a dos Productos Brutos Internos (PBI), algo así como US$ 856.000 millones. La estimación corresponde a un informe del Instituto de Estudios para la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL), la escuela de negocios de la Fundación Mediterránea.

El trabajo realizado por el economista Marcelo Capello indica que “entre 1975 y 2022, el PBI local creció sólo 1,7% anual, cuando la población lo hizo un 1,2% promedio por año”.

“Si la producción de Argentina hubiera aumentado en ese período a la misma tasa promedio a la que creció entre 1960 y 1974 (4,2% anual, similar al crecimiento de Chile y Perú entre 1990 y 2022), en el año 2022 nuestro país hubiera exhibido un PBI equivalente al triple que el observado en la realidad”, sostiene el informe.

El reporte concluye así que “Argentina ‘perdió’ dos PBI en el último medio siglo, como consecuencia de sus políticas equivocadas y la mala calidad institucional”.

De acuerdo con datos del informe de la Balanza de Pagos que elabora periódicamente el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), los argentinos guardarían fuera del sistema financiero local (en cajas fuertes) o en el exterior unos US$428.000 millones.

Esa cifra, según plantea el IERAL, sería el valor de un PBI de Argentina, es decir, todo lo que produce el país durante un año. De modo que la Argentina habría perdido, bajo esta hipótesis, en los últimos 50 años casi US$856.000 millones.

El estudio sostiene que ese magro resultado no se debería a que existe una persistente “fuga de capitales” producto de “acciones malintencionadas de los ciudadanos”, sino a que el sistema argentino no le ha ofrecido seguridad a sus ciudadanos.

“Se trataría de ahorros de argentinos que intentan evitar una expropiación total o parcial de su capital, como resultado de las malas políticas y el poco apego a respetar los contratos por parte las autoridades locales”, añade el reporte.

El estudio asegura que “en el casi medio siglo que transcurrió entre 1975 y 2023, Argentina exhibió una inflación normal (un dígito), en sólo 20% de esos años” y “resultó de tres dígitos en un 35%”.

“En ese período de casi 50 años, además, detonaron 3 hiperinflaciones, 4 defaults de la deuda y no menos de 5 períodos de fuerte atraso cambiario que se alargaron demasiado en el tiempo, y originaron luego salidas traumáticas, incluyendo importantes eventos de inseguridad jurídica”, plantea el IERAL.

Los problemas de Argentina no se deben al FMI
El trabajo también contradice la hipótesis del ministro Sergio Massa de que los problemas que soporta el país tienen que ver con las políticas que impone el FMI.

“Se debe recordar que, en el año 2005, cuando Argentina ‘se sacó de encima’ el control del FMI sobre su política económica, al pagarle toda la deuda en un solo pago de cerca de US$10.000 millones, existía un superávit primario de 3,4% del PIB, y la inflación era del 12% anual”, plantea el IERAL.

En ese sentido, sostiene que “en 2015, después de una década de política económica sin la tutela del FMI, se había pasado a un déficit primario de 3,8% del PIB con una inflación del 27% anual”.

“Esto es, en los 10 años que van de 2005 a 2015, sin programas con el FMI, la presión tributaria nacional subió en 5,4 puntos del PIB, el resultado fiscal empeoró en 7,2 puntos del PIB, la inflación aumentó en 15 puntos anuales y las reservas del BCRA quedaron prácticamente exhaustas.

Está claro, los países con gobiernos desordenados y presupuestos fuertemente desequilibrados, son los que pierden finalmente autonomía”, concluye el reporte.