A partir de las 21:30 Independiente recibirá a Derqui en el primer juego de la final del Oficial de Primera. Luego de eliminar sorpresivamente a CADU y Atlético Pilar, el “rojo” intentará dar otro “batacazo” y ponerse al frente en la serie.
Este viernes 18 Independiente intentará escribir otro sorpresivo capítulo. De esos que nos tiene acostumbrados esta camada de jugadores, que sin dudas está dando otra muestra de carácter y compromiso colectivo pocas veces visto. Más allá de la salida de su técnico y sus dos principales goleadores (Pascolatt y Carugatti), Independiente logró mantenerse de pie, dejando en el camino al favorito Atlético Pilar y encontrándose otra vez parado en una final. Como lo hizo en el 2016 tanto en el Oficial que lo consagró campeón, como también en el indefinido Clausura (donde ganó un partido y el restante nunca se jugó) y en el Provincial de Clubes (donde logró el ascenso al Federal). Más allá de algunos cambios de nombres (algo no menor, teniendo en cuenta que fue el único que fue perdiendo jugadores desde el inicio de este 2017, en comparación a sus rivales de turno), Independiente tiene una mística que no tiene nadie y por eso, hoy jugará la final. Lógicamente que en el análisis frío de lo numérico y de las chances basquetbolísticas, Independiente no aparece como candidato, teniendo en cuenta que su rival de turno, Derqui cuenta prácticamente con el mismo equipo que salió campeón Provincial (solamente no tiene a Nico Tabárez), con jugadores de jerarquía como Baquero, Medina, Gutiérrez, Irigoyen, Suarez, que en un principio parecen estar por encima del nivel del “rojo”. Pero no hay que olvidarse un par de cuestiones. Primero el condimento emocional que conlleva una final. Y segundo y primordial, que este Independiente tampoco era favorito ante el CADU-ORO de los hermanos Rasio y mucho menos ante el invicto Atlético Pilar, por lo mencionado anteriormente. Y la verdad es que el elenco de Murillo rompió otra vez el molde de la lógica. Esta noche irá otra vez de punto, donde quizás se sienta más cómodo y con la ilusión de intentar dar otra sorpresa.