La obra “Salvator Mundi”, que se subastó en 2017, iba a exhibirse en el Louvre árabe, pero no se mostró; ahora no se sabe dónde está.
Pocas obras han evocado tanta intriga, ya sea en el mundo del arte o entre las cortes de la realeza del Golfo Pérsico. En primer lugar, su autenticidad como creación de Leonardo fue tema de un intenso debate. Después, en noviembre de 2017, se convirtió en la pintura más cara vendida en una subasta, a US$450 millones de un anónimo que resultó cercano y posible representante del príncipe heredero Mohammed ben Salman, gobernante de Arabia Saudita.
Los funcionarios del gobierno francés, propietario del Louvre en París, están deseosos de incluir Salvator Mundi en la exposición histórica para celebrar el aniversario número 500 de Da Vinci este otoño, y dicen que aún tienen la esperanza de que aparezca a tiempo.
“Es trágico”, dijo Dianne Modestini, profesora del Instituto de Bellas Artes de la Universidad de Nueva York, que colaboró en los trabajos de conservación. “Es muy injusto privar a las personas que se sintieron conmovidas por esta pintura, una obra maestra tan extraordinaria”.
Martin Kemp, historiador del arte de Oxford que ha estudiado la pintura, la describió como “una versión religiosa de la Mona Lisa y la declaración más fuerte sobre lo elusivo de lo divino”.
Fuente: Diario de Cultura