
Fue la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) la encargada de instalar el concepto de obesidad como epidemia global, y hablar de ella como la primera enfermedad crónica no transmisible (ECNT), que genera un importante impacto a nivel de la salud pública.
Las enfermedades crónicas no transmisibles, es decir, de larga duración con evolución generalmente lenta, como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer son de las principales causas de muerte en la Argentina, donde la dieta representa uno de los factores de riesgo más importantes.
“Las mujeres, sobre todo las jóvenes, suelen subestimar a la enfermedad cardiovascular, incluso suelen no identificar los dolores precordiales de un infarto como tal dolencia, ya que lo consideran una patología exclusiva de los hombres. En la Argentina aproximadamente el 30% de las muerte en mujeres son a causa de enfermedades cardiovasculares, mientras que el cáncer alrededor del 15%”, destacó el médico cardiólogo Carlos Reguera, jefe del Área de Medicina Preventiva y Cardiología de Ineba.
“Debemos tomar conciencia de que muchas veces los factores de riesgo no anticipan la enfermedad, sino que los son; por lo tanto debemos intensificar el cuidado y el control de cada uno de ellos, focalizándonos en la prevención”, aconsejó.
Un reciente estudio realizado entre hombres y mujeres en los EEUU demostró que mientras más bebidas endulzadas con azúcar (SSB, por sus siglas en inglés) bebe una persona, mayor es el riesgo de muerte prematura.
“Nuestros resultados brindan apoyo adicional para limitar el consumo de SSB y reemplazarlos con otras bebidas, preferiblemente agua, para mejorar la salud general y la longevidad”, dijo Vasanti Malik, científico investigador del Departamento de Nutrición y autor principal de la investigación.
“Los resultados también brindan apoyo adicional para las políticas que limitan la comercialización de bebidas azucaradas para niños y adolescentes y para la implementación de impuestos a los refrescos porque el precio actual de las bebidas azucaradas no incluye los altos costos de tratar las consecuencias”, finalizó Walter Willett, profesor de Epidemiología de Harvard.
Fuente: Infobae









