La empresa Le Bras Frère ha admitido que algunos empleados fumaban en la obra, pese a que estaba prohibido.
“Efectivamente, algunos empleados violaban esta prohibición de vez en cuando y lo lamentamos”, dijo el portavoz de la empresa, Marc Eskenazi. “Se lo han dicho a la policía”, aseguró.
El portavoz respondía así a un artículo del semanario satírico “Le Canard enchaîné”, publicado el pasado miércoles, que afirma que la policía encontró siete colillas de cigarrillos cerca de los andamios.
“Cualquier persona que haya intentado alguna vez prender el fuego de una chimenea (sabe que) no pasa gran cosa cuando se lanza una colilla sobre un tronco de roble”, agregó, en referencia a los 1200 troncos que sostenían la cubierta de la catedral.
Los primeros indicios apuntan que el fuego se originó accidentalmente, probablemente por un cortocircuito, pero los expertos deberán estudiar minuciosamente todos los restos calcinados en busca de pruebas para determinar exactamente las causas.
Fuente: El Mundo (España)